Nueva York ha tomado una decisión histórica al prohibir la venta de prendas que contengan sustancias químicas peligrosas. Esta medida, que entró en vigor el 1 de enero de 2025, busca proteger la salud de los ciudadanos y reducir la exposición a compuestos dañinos. La prohibición se centra en las perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), conocidas como 'químicos eternos'.
Estas sustancias han sido utilizadas durante décadas en productos de consumo, especialmente en ropa impermeable y utensilios de cocina antiadherentes. La decisión se basa en estudios que evidencian los riesgos que estas sustancias representan para la salud humana. El proyecto de ley, aprobado en 2022, otorgó un plazo a las empresas para adaptarse a la nueva normativa. Esto ha llevado a muchas marcas a reevaluar sus procesos de fabricación y buscar alternativas viables para reemplazar los PFAS en productos como impermeables y ropa de senderismo.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) ha advertido sobre los efectos negativos de la exposición a las PFAS. Estas sustancias pueden permanecer en el organismo durante largos períodos, aumentando el riesgo de daños a la salud con exposiciones continuas. Estudios en animales han demostrado que el PFOA y el PFOS afectan el sistema inmunitario, reproductivo y pueden causar tumores.
En 2024, la EPA estableció estándares máximos para los niveles de PFAS en el agua potable, obligando a los sistemas de abastecimiento a informar al público sobre los niveles detectados a partir de 2027. Esta medida es parte de un esfuerzo más amplio para reducir la exposición a estas sustancias en la vida cotidiana.
La prohibición ha generado reacciones mixtas en la industria textil. Algunas marcas han comenzado a implementar cambios en sus líneas de producción, mientras que otras expresan preocupación por los costos asociados con la adaptación a la nueva normativa. Sin embargo, la salud pública se ha convertido en una prioridad, y muchas empresas están buscando soluciones sostenibles para cumplir con la ley.
Con la entrada en vigor de esta prohibición, se espera que la industria de la moda en Nueva York evolucione hacia prácticas más seguras y sostenibles. La búsqueda de alternativas a los PFAS podría abrir nuevas oportunidades para la innovación en el diseño y la producción de ropa, beneficiando tanto a los consumidores como al medio ambiente.
La exposición prolongada a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) representa un riesgo significativo para la salud humana. Estas sustancias, presentes en alimentos y agua contaminada, ingresan al organismo y tienden a acumularse con el tiempo, ya que el cuerpo no las elimina fácilmente.
En humanos, las investigaciones epidemiológicas sugieren una fuerte relación entre la exposición a PFAS y el aumento de los niveles de colesterol. Además, aunque la evidencia es limitada, se han observado asociaciones con otros problemas de salud, entre ellos: