La Fuerza Armada de Venezuela expresó su rechazo a la solicitud del opositor Edmundo González Urrutia, quien solicitó a los militares que lo reconozcan como presidente tras acusar fraude en las elecciones. Este pronunciamiento se realizó en un contexto de creciente tensión política en el país, a menos de una semana que asuma Nicolás Maduro, reconocido como ganador de las elecciones generales.
Este incidente se produce en un momento crítico para la política venezolana, donde las acusaciones de fraude electoral han intensificado las divisiones entre el gobierno y la oposición. La Fuerza Armada, en su comunicado, subrayó su compromiso con la defensa de la soberanía nacional y la estabilidad del país.
PUEDES VER: Ministro Diosdado Cabello amenaza a González Urrutia: "Será detenido si pone un pie en Venezuela"
"Hemos visto con profunda indignación un video publicado la noche de ayer, domingo 5 de enero, por el cobarde Edmundo González Urrutia, dirigiéndose de manera desvergonzada e insolente a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana. Rechazamos categóricamente y con absoluta vehemencia este payasesco y bufo acto de politiquería despreciable", indicó el comunicado leído en televisión estatal por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino.
El comunicado de la Fuerza Armada fue claro en su postura, señalando que el mensaje de González Urrutia no solo es deshonroso, sino que también atenta contra la institucionalidad del país. Padrino enfatizó la falta de respeto hacia la institución militar.
Durante su intervención, el general Vladimir Padrino, juró "solemnemente lealtad, obediencia y subordinación" al presidente Nicolás Maduro, reafirmando así la posición de la Fuerza Armada en medio de la crisis política. Este acto de lealtad se presenta como un intento de consolidar el apoyo militar en un contexto donde la oposición busca ganar terreno.
La Fuerza Armada ha sido un pilar fundamental del gobierno de Maduro, y su respaldo es crucial para la estabilidad del régimen. La condena al llamado de González Urrutia refleja la determinación de los militares de mantener su posición en la estructura de poder del país.
El viernes 10 de enero se llevará a cabo la juramentación de Nicolás Maduro ante el Parlamento venezolano, una institución dominada por el partido de gobierno, para iniciar su tercer mandato presidencial. Este acto político marca un nuevo hito en su trayectoria como líder del país, extendiendo su permanencia en el poder a un total de 18 años al término de este periodo. La ceremonia, que simboliza la continuidad de su régimen, se produce en un contexto de fuertes tensiones internas y crecientes críticas internacionales hacia su gobierno.
Maduro, quien asumió el cargo por primera vez en 2013 tras la muerte de Hugo Chávez, ha enfrentado diversos desafíos, desde una crisis económica sin precedentes hasta acusaciones de violaciones a los derechos humanos. Sin embargo, ha logrado mantenerse al frente del Ejecutivo gracias al control institucional, el respaldo de las Fuerzas Armadas y el debilitamiento de la oposición política.
El tercer mandato plantea interrogantes sobre el futuro político, social y económico del país, mientras la comunidad internacional sigue atenta a los próximos movimientos del gobierno de Maduro y sus implicaciones para la región. Este evento, por tanto, no solo refuerza la figura del mandatario, sino que también redefine el panorama político de Venezuela en los años venideros.
Este cuerpo militar no solo actúa como garante de la seguridad interna, sino también como un elemento clave en la configuración del poder político en Venezuela. Su respaldo incondicional ha permitido al régimen afrontar presiones tanto internas como externas, asegurando su permanencia a pesar de las crisis económicas y sociales que afectan al país.
La reciente condena de los militares al llamado de González Urrutia, quien busca asumir la Presidencia tras alegar una victoria electoral, evidencia su firme intención de mantener su control sobre las estructuras de poder. Este rechazo no solo subraya su lealtad al gobierno actual, sino también su papel como factor decisivo en la lucha por el liderazgo político en Venezuela.