La ciudad de Kurájove, un bastión clave en la defensa ucraniana, ha caído bajo control ruso tras intensos combates. Según el Ministerio de Defensa ruso, la ofensiva ha resultado en la pérdida del 80% de las fuerzas ucranianas en la región, así como la destrucción de 40 tanques. La captura de Kurájove no solo representa un triunfo militar, sino que también abre la puerta a la explotación de recursos estratégicos en la zona.
"En el marco de la ofensiva de las unidades de la agrupación militar Sur, fue totalmente liberada la ciudad de Kurájove, el centro urbano más densamente poblado de la región suroeste del Donbás", indicó el mando ruso en Telegram.
Kurájove, antes de la invasión, era una ciudad de más de 20.000 habitantes. Su ubicación la convierte en un punto estratégico, especialmente por su cercanía al yacimiento de litio de Shevchenko, un recurso valioso que Rusia busca controlar. Este mineral, estimado en cientos de miles de millones de dólares, es crucial para las ambiciones económicas rusas y su monopolio energético en Europa.
La captura de Kurájove permite a las fuerzas rusas consolidar su control sobre el litio, especialmente tras el abandono del yacimiento por parte de la empresa australiana European Lithium en 2023. La gestión de permisos para su extracción por parte de Rusia refuerza su posición en el mercado europeo, lo que podría tener repercusiones significativas en la economía regional.
La defensa de Kurájove ha sido feroz, con Ucrania desplegando 26 batallones y más de 15.000 soldados en un intento por mantener el control. Sin embargo, las fuerzas rusas han logrado infligir bajas devastadoras, con el Ministerio de Defensa ruso afirmando que el 80% de las fuerzas ucranianas han sido eliminadas. Las cifras son alarmantes: más de 12.000 soldados ucranianos han caído, junto con 3.000 vehículos de combate.
La situación se ha vuelto insostenible para los defensores, quienes han enfrentado un asedio constante y la destrucción de rutas logísticas. Esto ha dificultado la evacuación de heridos y el suministro de recursos, convirtiendo a Kurájove en un símbolo de la devastación del conflicto.
Con la toma de Kurájove, las fuerzas rusas ahora centran su atención en las ciudades de Toretsk y Chasiv Yar, continuando su avance hacia Pokrovsk. Este cambio en la dinámica del conflicto podría alterar el equilibrio de poder en la región, con Ucrania enfrentando la difícil tarea de reorganizar sus defensas ante la creciente presión rusa.
La caída de Kurájove no solo representa una pérdida territorial, sino que también plantea serias preguntas sobre la capacidad de Ucrania para resistir en el futuro. A medida que las fuerzas rusas consolidan su control, el conflicto parece estar lejos de resolverse, y las implicaciones de esta batalla se sentirán en los meses y años venideros.
