El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha tomado una decisión histórica que representa un duro golpe para la industria petrolera. A través de una medida sin precedentes, Biden ha prohibido nuevas explotaciones de petróleo y gas en una vasta área marítima que abarca toda la costa del Atlántico, el este del Golfo de México, las costas del Pacífico frente a California, Oregón y Washington, así como una parte del Mar de Bering, frente a Alaska con más de 670 millones de acres. Con esta acción, el mandatario refuerza su compromiso con la política climática de Biden y su objetivo de acelerar la transición energética en Estados Unidos hacia fuentes más limpias y sostenibles.
Esta medida, respaldada por la Ley de Tierras de la Plataforma Continental, no solo busca proteger los ecosistemas marinos de posibles daños irreparables, sino también garantizar un equilibrio entre el desarrollo económico y la protección ambiental marítima en EE. UU.. Además, la decisión se presenta en un momento clave, semanas antes de que Donald Trump, quien ha prometido impulsar la explotación de combustibles fósiles, asuma nuevamente el poder.
La medida cubre más de 253 millones de hectáreas, lo que equivale a 670 millones de acres de áreas marítimas protegidas. Estas zonas incluyen regiones estratégicas para la biodiversidad marina y espacios clave para la economía local, como el turismo y la pesca.
El objetivo principal es evitar los riesgos ambientales de la explotación petrolera, como derrames de crudo, contaminación de hábitats y daños irreparables a especies marinas. Además, estas zonas tienen un potencial limitado para la extracción de combustibles fósiles, lo que hace que los riesgos superen ampliamente los beneficios económicos que se podrían obtener de nuevas perforaciones.
Expertos han señalado que estas áreas son fundamentales para la estabilidad de los ecosistemas oceánicos y para las comunidades que dependen de ellos. Esta prohibición de perforaciones petroleras en EE. UU. representa un paso firme hacia la protección del medio ambiente y la sostenibilidad a largo plazo.
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La política climática de Biden se ha enfocado en reducir la dependencia de los combustibles fósiles y acelerar la transición hacia energías renovables. Esta medida está amparada en la Ley de Tierras de la Plataforma Continental, una legislación que otorga al gobierno federal la autoridad para regular la explotación de recursos en las plataformas marítimas.
“El potencial relativamente mínimo de combustibles fósiles en estas áreas no justifica los riesgos ambientales, de salud pública y económicos que conllevaría un nuevo arrendamiento y perforación”, afirmó Biden en un comunicado oficial.
El mandatario subrayó que esta acción es parte de su compromiso para combatir la crisis climática y garantizar que las costas y océanos estadounidenses estén protegidos para las próximas generaciones. Al mismo tiempo, la medida refuerza el objetivo de fortalecer la economía basada en fuentes de energía limpia en Estados Unidos.
Organizaciones ambientalistas como Oceana han celebrado esta decisión. “¡Es una victoria oceánica épica! Nuestras comunidades costeras y la biodiversidad marina ahora estarán protegidas”, declaró Joseph Gordon, director de clima y energía de la ONG.
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La prohibición de explotación petrolera en EE. UU. establecida por Biden no tiene una fecha de finalización específica. Al amparo de la Ley de Tierras de la Plataforma Continental, esta medida tiene un marco legal sólido que dificulta su reversión sin la intervención del Congreso de Estados Unidos.
Sin embargo, el futuro de esta medida dependerá del escenario político. Durante su campaña, Donald Trump prometió revertir políticas ambientales como esta, con el objetivo de impulsar la producción nacional de combustibles fósiles y reducir los costos energéticos.
A pesar de ello, revertir esta decisión no será un proceso sencillo. Se requerirían complejos procedimientos legales y una aprobación legislativa. Por ahora, la protección ambiental marítima en EE. UU. sigue firme bajo la administración Biden, respaldada por un amplio apoyo de organizaciones ambientales y comunidades locales.
