Un helicóptero con viejas fotos de Desi Bouterse sobrevolaba este sábado las calles de Paramaribo mientras la carroza fúnebre del exdictador de Surinam, fallecido a los 79 años, se abría paso entre una multitud.
Bouterse murió prófugo de la justicia, evadiendo una condena de 20 años de cárcel por la ejecución de opositores en la década de 1980.
Autos, buses y motocicletas escoltaron la camioneta de vidrios transparentes que transportó el cuerpo del exgobernante, vestido con uniforme militar, desde la morgue a su residencia y desde allí a la sede de su partido político para llevar a cabo un acto en su memoria antes de ser cremado, un recorrido que fue acompañado por miles de personas.
Su círculo más cercano iba a pie, portando, de igual manera, uniformes militares.
"¡Papa Buota, te amo!, gritaba Dennis Keyzer, un seguidor del Partido Democrático Nacional (PNC). "¡Queremos a Papa Bouta!".
Con camisetas moradas y blancas, los colores del PNC, centenares de copartidarios acudieron a la sede de esa organización al "singineti", una ceremonia desde la noche previa del funeral en la que los deudos se reúnen para cantar y recordar al difunto.
Bouterse, que tomó dos veces el poder por las armas antes de ser electo presidente, falleció por una insuficiencia hepática.
Bouterse murió el 23 o 24 de diciembre, según la autopsia. Su cuerpo fue llevado a su residencia en Paramaribo por desconocidos y el 25 se informó de su fallecimiento.
Su última aparición pública había sido el 18 de diciembre de 2023, dos días antes de la sentencia que ratificó su condena a 20 años por el asesinato de 15 abogados, empresarios, militares y periodistas presos en 1982, fallo que el exmandatario trató de evitar a toda costa en un largo proceso judicial.
El informe del patólogo determinó como causa de la muerte "una complicación de insuficiencia hepática por fibrosis hepática grave causada por el consumo crónico de alcohol". Su familia y el PNC condenaron la divulgación del diagnóstico, que tacharon de "difamatorio" y una violación de la privacidad del paciente.
Aunque el gobierno del presidente Chan Santokhi, del Partido de la Reforma Progresista y quien fuese opositor de Bouterse, descartó un funeral de Estado, las banderas están a media asta en los edificios del Ejecutivo, incluido el palacio presidencial.
Bouterse llegó al poder con 34 años tras un golpe de Estado en 1980, cuando era sargento del Ejército. Se retiró del gobierno en 1987 bajo presión internacional, pero retornó al mando en 1990 tras un segundo golpe.
Un año más tarde, sin embargo, salió del poder.
Fue elegido presidente en 2010 y gobernó hasta 2020, año en el que su partido perdió los comicios generales y fue sucedido por Santokhi.
"Comenzó como militar pero fue un hombre que pudo ascender y convertirse en un líder político de los más grandes", dijo Jennifer Simons, presidenta del partido de Bouterse, en su discurso en el acto fúnebre. Simons se refirió al exgobernante en días previos como un "padre espiritual".
A pesar del juicio en su contra, que comenzó en 2007 y que se extendió por años entre apelaciones sucesivas, Bouterse mantuvo popularidad y su condena se dio entre temores de disturbios y llamados del gobierno a la calma.
Sandra, que no quiso dar su apellido, esperó por horas montada en su auto con su familia para tener "un buen lugar" desde el cual ver la marcha fúnebre.
"Él fue y será mi presidente para siempre", dijo Harvy Lallbiharie, con una foto de Bouterse en sus tiempos en el poder.
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