Brasil se ha destacado como el único país de América Latina en implementar un sistema de transporte público gratuito en múltiples ciudades, marcando un precedente en la región. Esta iniciativa, conocida como 'Tarifa Zero', tiene como objetivo promover una movilidad urbana más inclusiva y sostenible, lo que facilita el acceso de millones de personas al transporte.
Aunque la medida es innovadora y representa un avance en materia de inclusión social, también enfrenta cuestionamientos sobre su viabilidad económica a largo plazo. Asimismo, surgen dudas sobre si puede resolver los desafíos complejos que caracterizan la movilidad urbana en las grandes ciudades brasileñas.
El programa 'Tarifa Zero' busca ofrecer transporte público gratuito mediante autobuses municipales en varias ciudades de Brasil. Según un estudio de la NTU, de todas las ciudades brasileñas en las que se ha aplicado la medida, 31 tienen más de 50.000 habitantes. Caucaia, con 355.000 residentes y una flota de 70 autobuses, es la ciudad más grande que participa en el programa.
En estas ciudades, los autobuses municipales llevan un letrero visible que dice 'Tarifa Zero', lo cual indica que los pasajeros pueden viajar gratuitamente, aunque el costo promedio de un pasaje sería de aproximadamente un dólar. Sin embargo, la implementación varía entre las localidades: en las 18 ciudades más grandes que adoptaron el programa, operan en total menos de 550 autobuses. En contraste, muchas de las ciudades más pequeñas cuentan con flotas de menos de 10 vehículos.
A nivel mundial, países como Luxemburgo han sido pioneros en el transporte público gratuito a nivel nacional. Luxemburgo implementó esta política para reducir la congestión vehicular, cuidar el medio ambiente y brindar alivio económico a sus ciudadanos, especialmente a jóvenes y familias de bajos ingresos. Sin embargo, tras tres años de aplicación, los resultados muestran un aumento en el uso del transporte público, pero un impacto limitado en la reducción del tráfico y la contaminación.
Brasil se suma a un grupo selecto de países que incluyen potencias como Francia, Polonia y Noruega, así como algunas ciudades en Canadá, Estados Unidos y Australia. Aunque su enfoque tiene limitaciones, se alinea con tendencias globales que buscan mejorar la movilidad urbana y la calidad de vida en las ciudades.
A pesar de los beneficios de 'Tarifa Zero', el modelo enfrenta desafíos significativos. La financiación depende de los gobiernos locales, que deben destinar impuestos y subsidios para cubrir los costos operativos. Además, la limitada capacidad de las flotas de autobuses en muchas ciudades genera dificultades para atender la creciente demanda.
Este enfoque innovador en Brasil plantea una pregunta clave: ¿es sostenible a largo plazo? Aunque el transporte público gratuito mejora el acceso de millones de ciudadanos, será crucial invertir en infraestructura y planificación para garantizar su efectividad y permanencia.