Este viernes se llevó a cabo el 119º Congreso de Estados Unidos, en el que se marcó una nueva era de control republicano. La elección del presidente de la Cámara de Representantes se presentó como un desafío significativo, con Mike Johnson como candidato principal, quien reafirmó su posición en la mesa congresal.
Con una mayoría republicana más estrecha en casi un siglo, Johnson enfrenta la presión de asegurar los votos necesarios para su elección. La situación se complica con la posibilidad de que la Cámara no elija un presidente antes del 6 de enero, lo que podría generar un caos legislativo sin precedentes.
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Para ser elegido presidente de la Cámara Baja, un candidato debe obtener la mayoría de los votos emitidos. En un escenario donde todos los 435 miembros voten, se requieren 218 votos para ganar. Sin embargo, se anticipa que habrá una vacante, lo que reduce el total a 434 miembros, de los cuales 219 son republicanos y 215 demócratas. Esto significaba que, si todos votaban, Johnson necesitaba 218 votos para asegurar su posición como presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU.
La elección del presidente de la Cámara de Estados Unidos se llevó a cabo el 3 de enero, antes de que los miembros sean juramentados. Los candidatos deben ser postulados, y se espera que la representante republicana Lisa McClain hable en apoyo de Johnson, mientras que el demócrata Pete Aguilar lo hará por Hakeem Jeffries. Durante la votación, los miembros expresarán su apoyo de manera verbal, y aquellos que no deseen votar pueden optar por decir “presente”.
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Si Johnson no logra obtener la mayoría en la primera ronda, la Cámara podría entrar en múltiples rondas de votación, similar a lo que ocurrió en 2023 con Kevin McCarthy, quien necesitó 15 rondas para ser elegido.
Si Johnson no hubiera logrado obtener los votos necesarios, la Cámara habría elegido un presidente temporal para facilitar el proceso de certificación electoral. Esta elección podría ser informal, con un presidente interino que acepte renunciar después de la certificación, o formal, mediante un voto para nombrar a alguien con un mandato corto.
Con la toma de posesión programada para el 20 de enero, el tiempo es un factor crítico. Si los votos no se cuentan antes de esa fecha, el presidente Biden y la vicepresidenta Harris dejarían el cargo, lo que generaría un vacío de poder en el país.
