El gobierno colombiano confirmó el fin de los programas sociales Colombia Sin Hambre y Renta Joven a partir de 2025, impactando a millones de beneficiarios que dependían de estas ayudas económicas. Esta decisión responde a recortes presupuestales y busca reorientar los subsidios hacia otros sectores prioritarios, como los adultos mayores y madres cabeza de hogar con hijos pequeños.
Ante este cambio, el presidente Gustavo Petro y el director del DPS, Gustavo Bolívar, han propuesto alternativas como la creación de cooperativas productivas y el acceso a créditos. Estas medidas buscan incentivar el emprendimiento entre las familias afectadas y generar nuevas oportunidades económicas en el país.
El 2025 marcará un cambio significativo en la política social de Colombia. Los programas Colombia Sin Hambre y Renta Joven, que beneficiaban a millones de familias en pobreza extrema y jóvenes vulnerables, llegarán a su fin debido a recortes presupuestales. Gustavo Bolívar, director del DPS, explicó que la falta de financiamiento ha obligado al gobierno a replantear la entrega de ayudas.
Ante este escenario, el presidente Gustavo Petro enfatizó en la necesidad de reorientar los recursos hacia otros sectores. Se priorizarán subsidios para adultos mayores y niños menores de 6 años, mientras que el resto de la población hasta ahora beneficiada deberá optar por alternativas como cooperativas productivas y créditos para emprendimientos.
Con la eliminación de Colombia Sin Hambre, que otorgaba entre $200.000 y $500.000 a familias en pobreza extrema, y de Renta Joven, que apoyaba a más de 400.000 jóvenes con transferencias de hasta $400.000, el gobierno ha definido nuevas líneas de acción:
Sin embargo, cerca de tres millones de beneficiarios de los programas eliminados deberán adaptarse a las nuevas condiciones, mientras el gobierno apuesta por un modelo de desarrollo basado en el emprendimiento colectivo.
El presidente Petro destacó que los subsidios seguirán dirigidos a grupos vulnerables específicos, pero hizo un llamado a los beneficiarios de los programas eliminados para que consideren alternativas como:
Por su parte, María del Rosario Pimienta, beneficiaria del programa Colombia Sin Hambre, expresó su preocupación por el impacto de esta decisión: “Este subsidio era esencial para suplir necesidades básicas. Ahora enfrentamos un futuro incierto”.
