Un país recibió este jueves a los primeros inmigrantes deportados de 2025, un total de 522 personas enviadas desde Estados Unidos en cuatro vuelos provenientes de Luisiana, Texas y Arizona. Según el Instituto de Migración del país, estas personas fueron detenidas en la frontera estadounidense entre noviembre y diciembre de 2024, en su intento de ingresar al país norteamericano.
Este flujo marca el inicio de un año que podría estar definido por un endurecimiento de las políticas migratorias bajo el gobierno de Donald Trump, quien prometió durante su campaña aumentar significativamente las redadas y deportaciones. Solo en 2024, este país recibió más de 61.000 deportados, superando su récord de 2023. Las autoridades locales ya se preparan para afrontar las posibles consecuencias económicas y sociales de un mayor número de repatriaciones.
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El 5 de enero de 2025, Guatemala se convirtió en el primer país en recibir vuelos de deportación en el nuevo año. Según el Instituto Guatemalteco de Migración, los vuelos transportaron a 341 hombres, 141 mujeres y 40 menores de edad. Estas personas habían sido aprehendidas durante intentos de cruce irregular en la frontera sur de Estados Unidos.
De acuerdo con las estadísticas oficiales, Estados Unidos deportó a 61,680 guatemaltecos en 2024, un incremento significativo respecto a los 55,302 registrados el año anterior. Este aumento refleja el impacto de políticas migratorias más severas y una mayor colaboración entre las autoridades migratorias de ambos países. Además, se espera que las deportaciones sigan incrementándose a lo largo de 2025, conforme se implementen nuevas medidas bajo la administración Trump.
La llegada de Donald Trump a la presidencia en 2025 ha generado incertidumbre entre los inmigrantes y sus familias. Durante su campaña, Trump prometió deportar a un millón de personas por año, reforzando controles en escuelas, hospitales y lugares de trabajo. Guatemala, México y Honduras son los países más afectados por estas medidas debido al alto número de connacionales que buscan ingresar al territorio estadounidense en busca de mejores condiciones de vida.
La Cancillería guatemalteca estima que más de 100.000 guatemaltecos intentan cruzar la frontera de Estados Unidos cada año, arriesgando sus vidas en el camino. Para muchas familias, las deportaciones no solo significan un regreso forzoso, sino también la pérdida de ahorros, empleos y estabilidad.
Ante la continua llegada de vuelos con inmigrantes deportados, el gobierno guatemalteco y organizaciones no gubernamentales están desarrollando estrategias para recibir y reintegrar a estas personas. Sin embargo, el alto volumen de retornos crea desafíos significativos, como la falta de empleo y oportunidades para los repatriados. Además, el impacto social de las deportaciones afecta tanto a las comunidades locales como a los familiares que quedan en Estados Unidos.
El Instituto Guatemalteco de Migración también ha solicitado mayor cooperación internacional para enfrentar las consecuencias de estas políticas migratorias. Mientras tanto, organizaciones humanitarias trabajan para brindar apoyo psicológico, legal y económico a quienes enfrentan el difícil proceso de reiniciar sus vidas en su país de origen.
