Las festividades de Año Nuevo en Francia se vieron empañadas por una ola de violencia que dejó más de 400 detenidos y cerca de 1.000 vehículos incendiados. A pesar de las estrictas medidas de seguridad implementadas por las autoridades, los incidentes vandálicos superaron las cifras del año anterior, generando preocupación en la sociedad y en el gobierno.
“Los resultados de la noche del 31 de diciembre muestran 984 vehículos quemados”, indica Bruno Retailleau en un comunicado publicado este miércoles. "No tenemos derecho a conformarnos con este recuento anual, que siempre es demasiado elevado", agregó el ministro del Interior, que indica que optó por comunicar estas cifras "porque me comprometo a decir la verdad a los franceses".
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Las cifras de vandalismo durante la noche de Año Nuevo son alarmantes. Según informes oficiales, se registraron más de 1.000 vehículos incendiados, un aumento significativo en comparación con el año anterior. Este incremento en la violencia llevó a las autoridades a cuestionar la eficacia de las medidas de seguridad implementadas en las celebraciones.
“Esta violencia —denunció— es el resultado del salvajismo de delincuentes cobardes que atacan los bienes de franceses con frecuencia modestos que no tienen medios para proteger sus vehículos en aparcamientos privados”, informó Retailleau.
Los disturbios no solo se limitaron a los vehículos; también se reportaron ataques a edificios públicos y enfrentamientos con las fuerzas del orden. La violencia se extendió a varias ciudades, lo que ha llevado a un llamado urgente para revisar las estrategias de seguridad y prevención de disturbios en eventos masivos.
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Durante las celebraciones de Año Nuevo en la plaza Bellecour de Lyon, un niño de 2 años sufrió lesiones en el ojo y el oído debido al impacto de un mortero de fuegos artificiales mientras estaba en su cochecito. Aunque su vida no corre peligro, existe el riesgo de que sufra una invalidez permanente. Las autoridades están analizando las grabaciones de videovigilancia para determinar el origen del disparo.
Este incidente resalta los peligros asociados con el uso de fuegos artificiales en eventos públicos, especialmente en áreas concurridas. Las lesiones por pirotecnia pueden variar desde quemaduras leves hasta daños graves en ojos y oídos.
