El Canal de Panamá, inaugurado en 1914, es un emblema de la ingeniería y el comercio global. Sin embargo, su historia está marcada por controversias y negociaciones que involucraron a Estados Unidos y Panamá en disputas de soberanía. Durante casi un siglo, esta estratégica vía interoceánica estuvo bajo control estadounidense, generando divisiones internas y tensiones internacionales, según detalló BBC.
Fue el tratado Torrijos-Carter, firmado en 1977 por el entonces presidente estadounidense Jimmy Carter y el líder panameño Omar Torrijos Herrera, el que marcó el inicio de un proceso de transición que culminó en la transferencia definitiva del canal a Panamá el 31 de diciembre de 1999. Pero antes de este histórico acuerdo, la apropiación de la vía por parte de Estados Unidos había dejado una profunda huella en la política y la identidad panameña.
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La historia de cómo Estados Unidos tomó el control del Canal de Panamá comenzó a finales del siglo XIX, en un contexto de crisis política en Colombia, de la cual Panamá era entonces una provincia. En 1903, después de una guerra civil que debilitó al gobierno colombiano, Estados Unidos aprovechó la situación para intervenir y garantizar su influencia en la región.
Inicialmente, los estadounidenses negociaron con Colombia mediante el tratado Herrán-Hay, que establecía la construcción del canal a cambio de pagos significativos. Sin embargo, el Congreso colombiano rechazó el acuerdo, argumentando que violaba la soberanía nacional. Ante este obstáculo, Panamá, con el respaldo militar y financiero de Estados Unidos, declaró su independencia en noviembre de 1903.
Pocos días después de la separación, ambas partes firmaron el tratado Hay-Bunau Varilla, que otorgó a Estados Unidos derechos exclusivos sobre la Zona del Canal. A cambio, Panamá recibió una compensación inicial de 10 millones de dólares, pero quedó sujeta a la influencia estadounidense. Este acuerdo garantizó la construcción de la vía interoceánica, completada en 1914, pero también generó descontento entre los panameños, quienes veían limitada su soberanía territorial.
Durante décadas, la Zona del Canal operó como un enclave estadounidense. Miles de trabajadores y familias estadounidenses vivían bajo leyes y normas propias, aislados de la población panameña. Este sistema perpetuó tensiones sociales y políticas que alimentaron movimientos a favor de recuperar el control del canal.
Las tensiones acumuladas finalmente estallaron en manifestaciones históricas como la Operación Soberanía en 1958 y el Día de los Mártires en 1964, donde estudiantes panameños exigieron el izado de su bandera en la Zona del Canal. Estas protestas, algunas de ellas violentas, resultaron en muertes y heridos, aumentando la presión sobre el gobierno estadounidense.
El presidente panameño Omar Torrijos Herrera, respaldado por un fuerte sentimiento nacionalista, lideró las negociaciones que culminaron en los tratados Torrijos-Carter de 1977. Estos acuerdos establecieron un periodo de transición que devolvería el control total del canal a Panamá para finales del siglo XX.
Jimmy Carter defendió el tratado frente a una oposición conservadora en Estados Unidos, argumentando que la devolución del canal era un acto de justicia y respeto hacia Panamá. Este proceso de transferencia permitió a Panamá asumir la gestión de la vía interoceánica el 31 de diciembre de 1999. En una ceremonia histórica, la bandera panameña reemplazó a la estadounidense, simbolizando el fin de una era colonial.
