El reciente feminicidio de una mujer, quemada viva en un vagón del metro de Nueva York por un inmigrante de Guatemala, ha llevado al retorno de los Ángeles Guardianes, un icónico grupo de patrullaje ciudadano que busca reforzar la seguridad en el sistema de transporte. La violencia en los subterráneos ha generado un llamado urgente por medidas adicionales, y cientos de ciudadanos pidieron la reactivación de esta iniciativa que fue vista por última vez en 2021.
Los Ángeles Guardianes, liderados por Curtis Sliwa, han retomado su misión de proteger a los pasajeros y garantizar el bienestar en los subterráneos. Además de patrullar, el grupo se enfoca en asistir a personas sin hogar y con problemas emocionales, buscando no solo prevenir delitos, sino también abordar problemas sociales que afectan el transporte público.
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Fundados en la década de 1970, los Ángeles Guardianes surgieron como respuesta al aumento de la violencia en el metro de Nueva York, convirtiéndose en un símbolo de vigilancia ciudadana. Reconocibles por sus distintivos uniformes rojos, estos voluntarios patrullaban los vagones para proteger a los pasajeros y disuadir actos delictivos en un momento en que el sistema de transporte enfrentaba altos niveles de inseguridad.
El grupo había reducido sus actividades en años recientes, con su última aparición significativa en 2021 durante el incremento de ataques contra ciudadanos asiáticos. En esa ocasión, los Ángeles Guardianes ofrecieron protección y apoyo a las comunidades vulnerables. Su regreso ahora refuerza su compromiso con la seguridad y el bienestar de los neoyorquinos en un contexto de creciente preocupación.
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El regreso de los Ángeles Guardianes no ha estado exento de críticas. La oficina del alcalde Eric Adams respondió al anuncio enfatizando las medidas que su administración ha implementado para mejorar la seguridad en el metro. Entre estas, destacó el despliegue diario de 1,000 agentes de policía y la reducción general de los índices delictivos en el transporte público.
En un comunicado, el alcalde restó importancia a la reaparición del grupo ciudadano, calificando sus acciones como "teatrales" y reafirmando su compromiso con "soluciones reales". A pesar de estas declaraciones, el apoyo público hacia los Ángeles Guardianes muestra que muchos neoyorquinos consideran necesaria una mayor presencia en los subterráneos para garantizar su seguridad.
