En medio de una creciente tensión política en Bolivia, el diputado Gualberto Arispe lanzó una fuerte advertencia contra cualquier intento de detener a Evo Morales. Durante una reciente declaración, Arispe afirmó: “Si quieren aprehender a Evo, que vengan decididos a morir”, lo que provocó un intenso debate político y social en el país. Esta polémica declaración surge en un momento de rumores sobre una posible captura del expresidente, avivando aún más la indignación entre sus seguidores.
La tensión se intensificó en las últimas semanas, con manifestaciones y movilizaciones en apoyo a Morales, quien fue criticado y acusado desde su salida del poder en 2019. La posibilidad de su detención hizo cuestionar a muchos sobre la legitimidad de las acciones del gobierno actual y a temer por la seguridad de los líderes opositores.
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Gualberto Arispe, diputado boliviano del Movimiento al Socialismo (MAS) y miembro de la facción "evista" que respalda a Evo Morales, fue una figura activa en la política nacional. Recientemente respondió de manera contundente a una orden de aprehensión emitida contra el exmandatario por la Fiscalía de Tarija, relacionada con la investigación por trata de personas. Arispe advirtió que quienes intenten detener a Morales deben "estar decididos a morir", dejando clara la determinación de su sector para protegerlo.
En septiembre de 2024, aseguró que la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, y el ministro de Justicia, Iván Lima, habían renunciado, aunque estas afirmaciones fueron desmentidas. Un mes después, en octubre, instó al presidente Luis Arce a renunciar o adelantar las elecciones, argumentando que su administración había perdido la confianza del pueblo.
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Las declaraciones de Gualberto Arispe generaron reacciones diversas en el ámbito político. Mientras que algunos sectores apoyan su postura y consideran que es un acto de valentía defender a Morales, otros critican la incitación a la violencia y la falta de diálogo en un momento crítico para el país. La situación se complica aún más con la presencia de grupos de cocaleros que manifestaron su disposición a defender al exmandatario.
La crisis política en Bolivia captó la atención de la comunidad internacional, preocupada por el aumento de las tensiones y el riesgo de violencia. Organizaciones de derechos humanos solicitaron a las autoridades encontrar soluciones pacíficas. La volatilidad de la situación resalta la necesidad urgente de priorizar el diálogo para prevenir nuevos enfrentamientos.
Desde noviembre de 2019, Bolivia está teniendo un periodo de inestabilidad política. La llegada al poder de Jeanine Áñez, quien asumió la presidencia de manera interina, generó un clima de confrontación entre los sectores que apoyan a Morales y aquellos que respaldan al gobierno actual.
Muchos lo ven como un líder que luchó por los derechos de los pueblos indígenas y por la inclusión social, mientras que otros lo acusan de haber abusado del poder durante su mandato. La polarización generó situaciones de violencia y confrontación, donde las palabras de Arispe pueden interpretarse como un reflejo de la desesperación de algunos sectores ante la posibilidad de la represión política.