La Hidrovía Paraguay-Paraná se ha convertido en una de las principales arterias fluviales de América del Sur, facilitando el tráfico de cocaína hacia Europa. Con más de 3.300 kilómetros de longitud, la Hidrovía conecta 150 puertos en Brasil, Bolivia, Paraguay, Argentina y Uruguay. Desde su creación en 1992, ha sido fundamental para el comercio. Sin embargo, en los últimos años, narcotraficantes han utilizado esta vía para enviar grandes cantidades de cocaína a ciudades europeas como Hamburgo y Amberes.
El auge del comercio de contenedores ha permitido a los traficantes aprovechar esta ruta fluvial, que antes parecía inverosímil para el tráfico de drogas. La pandemia ha intensificado esta situación, con un aumento notable en las incautaciones de cocaína vinculadas a la Hidrovía, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
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La Hidrovía, que antes servía principalmente para el transporte de mercancías, ha visto un cambio en su función. En 2022, un buque que partió de Asunción transportó más de 12 toneladas de cocaína, ocultas en un contenedor de semillas de sésamo. Este caso resalta la capacidad de los narcotraficantes para eludir la detección, mediante el uso de métodos cada vez más sofisticados.
Las autoridades paraguayas han implementado escáneres en los puertos, pero los narcotraficantes continúan encontrando formas de evadir la tecnología. En un hallazgo reciente, más de cuatro toneladas de cocaína fueron descubiertas en un contenedor que pasó sin ser detectado por el escáner, lo que plantea serias dudas sobre la efectividad de las medidas de control.
Paraguay, con una población de menos de siete millones de habitantes, se ha convertido en un punto de tránsito atractivo para el narcotráfico. El país es uno de los mayores exportadores de productos agrícolas y cuenta con una flota fluvial significativa. Sin embargo, la creciente actividad del narcotráfico ha generado preocupaciones sobre la seguridad y la corrupción en el país.
La reciente decisión del gobierno paraguayo de suspender la cooperación con Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico ha suscitado críticas. Algunos exfuncionarios sugieren que esta medida busca proteger a políticos con vínculos en el narcotráfico. A pesar de la controversia, el gobierno ha anunciado su intención de fortalecer la colaboración con la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA).
Los narcotraficantes han adaptado sus estrategias y utilizan la Hidrovía para enviar cocaína a Europa. Desde Rosario, Argentina, los contenedores se transbordan a buques más grandes que navegan hacia puertos europeos. Este proceso ha convertido a Rosario en un centro de distribución de cocaína, lo que ha generado un aumento en la violencia y el control territorial por parte de bandas locales.
El gobierno argentino, bajo la administración de Javier Milei, ha implementado medidas para combatir el narcotráfico, incluyendo la utilización de buques de combate para patrullar las aguas cercanas a Rosario. Sin embargo, la lucha contra el narcotráfico sigue siendo un desafío, ya que el mercado se expande y los traficantes utilizan métodos cada vez más sofisticados.