El gobierno de Surinam anunció el sábado que el expresidente Desi Bouterse, fallecido siendo prófugo de la justicia, no recibirá un funeral de Estado, informó el ministro de Relaciones Exteriores, Albert Ramdin.
"El presidente ha decidido en base a sus poderes y los consejos (de sus asesores) que no habrá funeral de Estado", dijo Ramdin en una rueda de prensa. "No se declarará ningún periodo de luto nacional; no se depositará ningún registro de condolencias en nombre del gobierno", precisó.
Bouterse murió el martes a los 79 años. Estaba requerido por las autoridades desde hacía casi un año para cumplir 20 años de cárcel por el asesinato de 15 opositores en 1982.
El presidente Chan Santokhi tiene previsto llamar el lunes a Ingrid Bouterse, esposa del exmandatario, para expresar sus condolencias. Se ordenó igualmente que las banderas del Poder Ejecutivo estén a media asta el día del funeral, que aún no tiene fecha precisa.
Ramdin explicó que "la costumbre internacional dicta que cuando un presidente es condenado no hay funeral de Estado".
La familia ya había descartado pedir los honores.
El cuerpo de exgobernante sigue bajo custodia de la policía, que investiga las circunstancias de su muerte, su escondite y cómo fueron trasladados sus restos a su residencia por desconocidos.
El Partido Democrático Nacional (NDP) de Bouterse apronta los preparativos del funeral que se debe realizar en el correr de la primera semana de enero.
En su sede, abrió un libro de condolencias. El ministro del Interior, Delano Landvreugd, debe firmarlo el lunes en nombre del gobierno.
El vicepresidente Ronnie Brunswijk, exguardaespaldas de Bouterse y luego líder rebelde que lo enfrentó en la guerra civil, lo firmó el viernes.
Bouterse tenía 34 años cuando tomó el poder por las armas en 1984. Dejó el cargo en 1987 bajo la presión internacional, pero lo retomó en 1990 tras un segundo golpe, esta vez sin derramamiento de sangre.
Ese mandato duró un año. Luego fue elegido presidente en 2010 y gobernó hasta 2020.
En enero, el gobierno suspendió todos los privilegios que le correspondían como expresidente, tras la ratificación de la condena por las ejecuciones de 1982.
Su última aparición pública fue el 18 de diciembre de 2023, dos días antes de la decisión judicial. No se presentó en prisión y desde entonces se dictaron órdenes de captura en el país y el exterior.
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