Donald Trump comenzará el año 2025 con por lo menos tres cambios de palabras serios en América. Dos de ellos ocurren con países del tratado de libre comercio norteamericano, y son Canadá y México. El tercero es Panamá. Los tres son ejemplos de breve oratoria, piezas muy especiales, ubicadas entre la amenaza y el insulto, algo así como intentos de remodelar el patio trasero para peor.
Medio en serio y medio en broma Trump sugiere que Canadá se podría convertir en el Estado n.° 51 de la Unión. Es el insulto a un buen vecino con el que no hay problemas, una puñalada trapera al primer ministro Justin Trudeau, una asolapada repetición del maltrato a Puerto Rico que lanzó en un momento de su campaña electoral (“Una isla de basura en el océano”).
La amenaza de tomarse el Canal de Panamá ha movilizado al gobierno de ese país y a buena parte de América Latina en torno suyo. La recuperación del canal para los yanquis parece otra idea de tipo MAGA. Algunos piensan que se trata de una advertencia a China, interesada en controlar la vía en las posibles vísperas de una guerra comercial.
Luego está el comentario sobre una posible declaración de los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas. Uno hubiera pensado que Claudia Sheinbaum saludaría la idea de Trump, como la llegada de un aliado más decidido en la lucha contra el narcotráfico. Pero no ha sido así. La idea ha indignado al gobierno mexicano.
Una versión usada para defender a los cárteles y su violencia es que el consumo de la droga y el suministro de las armas son fenómenos de los EEUU, no de México. Es una respuesta más bien especiosa. Para Sheinbaum las palabras de Trump son “injerencistas”, una palabra multiuso que termina significando algo así como déjenlos traficar tranquilos.
¿Estos tres puntos ya delinean una política exterior de Trump para el continente? Bueno, digamos que todavía le quedan muchos países que ofender en la región, y la Argentina para aplaudir. El secretario de Estado Marco Rubio quizás tiene una agenda paralela, pero no puede sacarla a la luz antes del 20 de enero. Mientras tanto vamos viendo este festín MAGA que usa el gorrito rojo de capote en la puerta de la OEA.
Ya lo escucharemos comentar sobre Chancay.