La regata Sydney-Hobart realizada en Australia en su 79° edición, se vio marcada por la tragedia tras el fallecimiento de dos participantes debido a condiciones climáticas adversas. Las víctimas, aún sin identificar, sufrieron golpes de las botavaras de sus embarcaciones y no pudieron ser reanimadas pese a los esfuerzos realizados. Este evento, celebrado desde 1945, es una de las competiciones más icónicas en los deportes acuáticos.
En un contexto de olas de hasta tres metros y vientos que superan los 46 km/h, la regata, que cubre 1.163 kilómetros, hizo que la organización implemente medidas de seguridad adicionales. David Jacobs, vicecomodoro del Cruising Yacht Club de Australia, confirmó que la competencia seguirá adelante a pesar de la tragedia, con 88 barcos aún compitiendo. Las autoridades iniciaron una investigación para esclarecer las causas de los fallecimientos.
Ocurrió en la madrugada del viernes, cuando las víctimas, a bordo de los barcos Flying Fish Arctos y Bowline, fueron golpeadas por las botavaras. Este tipo de accidente es particularmente peligroso, ya que las botavaras pueden moverse rápidamente en condiciones de viento fuerte, causando lesiones graves a los tripulantes.
Las víctimas fueron sometidas a reanimación cardiopulmonar (RCP) por parte de sus compañeros de tripulación, pero lamentablemente no lograron sobrevivir. La Oficina de Meteorología había emitido una advertencia sobre las condiciones climáticas, lo que añade un contexto de riesgo a la situación.
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En el pasado, la regata Sydney-Hobart enfrentó tragedias, destacando la de 1998, cuando una tormenta feroz golpeó a la flota, causando la muerte de seis personas y la pérdida de cinco embarcaciones. Aunque se implementaron medidas más estrictas tras estos hechos, la naturaleza impredecible del mar continúa siendo un desafío permanente para los navegantes.
En respuesta al reciente accidente, se anunció que se abrirá una investigación para mejorar la seguridad en futuras ediciones de la regata. “Siempre queremos mejorar la seguridad donde sea posible, por lo que haremos una investigación”, indicó, enfatizando la necesidad de aprender de estas situaciones y poder prevenirlas.
El primer ministro de Australia, Anthony Albanese, expresó sus condolencias a las familias de los fallecidos, resaltando la importancia de la regata como una tradición nacional. “Es desgarrador que se hayan perdido dos vidas en lo que debería ser un momento de alegría”, afirmó Albanese.
La comunidad de deportes acuáticos se encuentra en un momento de reflexión, recordando a los que perdieron la vida en el mar y reafirmando su compromiso con la seguridad en cada competencia. La regata, que continúa hacia su destino en Hobart, se convierte en un recordatorio de los riesgos que enfrentan los navegantes en su búsqueda de aventura y competencia.