Nacido en Alemania, el chef Robert Richter descubrió su verdadera pasión culinaria en los vibrantes sabores de Perú. Un viaje junto a su pareja peruana lo cautivó por completo, despertando en él un deseo irrefrenable de explorar a fondo esta rica gastronomía. Sus sueños lo llevarn a las cocinas de renombre como Astrid y Gastón, donde la exigencia del restaurante de Gastón Acurio lo puso a prueba.
Sin embargo, la intensidad de ese ritmo lo impulsó a buscar un nuevo desafío, uno que le permitiera disfrutar más del proceso creativo. Hoy, junto a su pareja, ha materializado su mayor deseo al frente de Quina, un restaurante en Valencia que celebra la autenticidad de la cocina peruana.
Su relación con Perú comienza luego de conocer a su esposa, Christy, quien migró hacia a Alemania con el objetivo cumplir el sueño de llevar a sus hermanas y darles una mejor vida. Por cosas del destino, tienen una primera interacción en la ya desaparecida red social Hi5. Allí Robert le contó un poco más de su historia y su sueño de ser cocinero de su propio restaurante. Unas semanas más tarde lo hicieron en persona.
Después de su viaje por su luna de miel, ambos decidieron quedarse a vivir en Perú por un tiempo. Durante ese periodo lograron especializarse en diferentes espacios de la gastronomía. Por su parte, Robert se dedicó a adquirir más conocimientos en su rubro, mientras que su esposa despertó una pasión que practicaba hace unos años: la repostería. Teniendo un fin en común tomaron la decisión de abrir Quina. Hoy se entienden muy bien y se ayudan mutuamente para asegurar el éxito de su restaurante.
Con el afán de interiorizar los insumos nacionales y su preparación en diversos platillos peruanos, el chef alemán tuvo la suerte de poder trabajar en Astrid&Gastón. Según reveló el propio Robert, la exigencia era un factor a considerar, por lo que decidió trabajar con Palmiro Ocampo.
"Por contacto con el propietario, donde trabajaba con yo en Berlín, tuve la posibilidad de entrar directamente, al llegar a Perú a Strid&Gastón. Y empezar a trabajar en un restaurante con una exigencia muy avanzada, muy top. Me costó bastante sinceramente. Hice dos meses y luego me cambié a un proyecto de Palmiro Ocampo", recalcó el chef.
Asimismo, Richter comentó que pudo aprender mucho en su nueva aventura de este chef peruano. "Ese paso hacia Palmiro Ocampo me ayudó uno para luego ya más tarde, en nuestro restaurante, aplicar su filosofía, su concepto de la cocina sostenible. Pero también para conocer productos peruanos, su origen, cómo aplicarlos, usos, recetas o costumbres ancestrales. Él estaba muy detrás de eso", mencionó el cocinero alemán.