En un operativo llevado a cabo en la localidad de Khirbet al Ma'zah, provincia de Tartús, las fuerzas de seguridad sirias detuvieron a Mohamad Kanjo Hassan, exjefe de la justicia militar del régimen de Bashar al Assad. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), el arresto incluyó la captura de 20 miembros de su guardia personal y se produjo tras enfrentamientos mortales en la región.
Hassan es acusado de haber firmado miles de condenas a muerte en juicios sumarios realizados en la prisión de Saydnaya, reconocida como uno de los centros de tortura más notorios del régimen. Además, diversas organizaciones de derechos humanos señalan que acumuló una fortuna estimada en 150 millones de dólares mediante la extorsión a las familias de detenidos, quienes pagaban por obtener información sobre sus seres queridos, la cual nunca fue proporcionada.
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Mohamad Kanjo Hassan fue uno de los hombres clave del régimen de Bashar al Assad, ocupando el cargo de jefe de la justicia militar. Durante su mandato, aprobó miles de ejecuciones sumarias en Saydnaya, un lugar conocido como "la masacre silenciosa" debido a las brutales condiciones y las prácticas de tortura.
La Asociación de Detenidos y Desaparecidos de Saydnaya, a través de su cofundador Diab Seria, señaló que Hassan firmó las órdenes de muerte de innumerables prisioneros y extorsionó a las familias de estos con falsas promesas de información sobre los detenidos. Según Seria, “su arresto representa un paso importante hacia la justicia y la rendición de cuentas por los crímenes cometidos durante el régimen”.
Este arresto es considerado por la oposición siria como un momento clave para lograr justicia en el marco de la transición política del país tras la caída del régimen de Assad el 8 de diciembre de 2024. La coalición siria de oposición, que agrupa a las principales formaciones políticas en el exilio, celebró el hecho y lo calificó como "un paso importante hacia la obtención de justicia y la persecución de los criminales".
El caso de Hassan podría abrir nuevas investigaciones internacionales contra otros altos funcionarios del régimen acusados de violaciones sistemáticas de derechos humanos durante la guerra civil siria. Este evento también pone de relieve los desafíos en el camino hacia la reconciliación y la reparación de los daños causados a las víctimas de más de una década de conflicto.
El arresto de Mohamad Kanjo Hassan envía un mensaje contundente sobre la importancia de la rendición de cuentas. Organizaciones como el OSDH y la Asociación de Detenidos de Saydnaya consideran que este acto puede ser el inicio de un proceso de justicia para las víctimas de torturas, desapariciones y ejecuciones masivas.
La comunidad internacional también observa este caso con atención, pues podría motivar la cooperación entre organismos locales e internacionales para procesar a otros responsables de crímenes de guerra en Siria. A medida que se consolidan esfuerzos para reconstruir el país, este tipo de acciones refuerzan la necesidad de justicia como base para una paz sostenible.
