La política migratoria y las tensiones internacionales vuelven a ocupar un lugar central tras las recientes declaraciones de Donald Trump. El presidente electo lanzó una amenaza contra el régimen opresor de Nicolás Maduro si intenta rechazar la repatriación de miles de inmigrantes venezolanos. Esta medida se enmarca dentro de su ambicioso plan de deportaciones masivas previsto para 2025 en Estados Unidos. El anuncio se produce en un contexto en que las relaciones entre ambos países están marcadas por sanciones económicas y profundas diferencias ideológicas.
El país sudamericano se ha negado a recibir vuelos de deportación desde febrero de 2024. Esta postura se intensificó después de la reimposición de sanciones impuestas por la administración de Joe Biden. Dichas medidas buscan presionar a Venezuela debido a la falta de transparencia en los comicios de julio y la represión contra manifestantes. Sin embargo, con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, el panorama podría cambiar drásticamente.
Donald Trump ha amenazado que intensificará las sanciones económicas y revisará la compra de petróleo venezolano si Nicolás Maduro rechaza las deportaciones masivas de inmigrantes venezolanos. La negativa podría exacerbar aún más la crisis financiera y diplomática que enfrenta Venezuela.
El éxodo venezolano sigue en aumento, con más de 113.000 personas cruzando la frontera de Estados Unidos solo en el primer mes de 2024. Ante esta situación, un gran número de migrantes varados en el sur de México han solicitado a Trump que tome medidas directas para abordar la crisis política en Venezuela. Consideran que una solución concreta al conflicto interno podría reducir significativamente el flujo de caravanas migratorias hacia Estados Unidos.
Además, la eliminación de programas esenciales como el Parole Humanitario o el Estatus de Protección Temporal (TPS) podría impactar gravemente a más de 530.000 personas que dependen de estas iniciativas para ingresar legalmente a Estados Unidos. Es más, el presidente electo ha señalado que evaluará la política de compra de petróleo a Caracas si Maduro se niega a cooperar con la repatriación de inmigrantes venezolanos. Esta medida tendría un doble propósito: aumentar la presión sobre el régimen para aceptar los vuelos de deportación y fortalecer la posición de Estados Unidos en su estrategia de política exterior.
El llamado Proyecto 2025 de Donald Trump tiene como objetivo establecer una política migratoria sin precedentes. El plan incluye la movilización de recursos legales y militares para facilitar la expulsión de hasta 11 millones de inmigrantes indocumentados. Entre las medidas más polémicas se encuentran la eliminación del TPS (Estatus de Protección Temporal) y la revocación de programas como DACA y el Parole Humanitario.
Según cifras recientes, en enero de 2024 se realizaron 15 vuelos de deportación que repatriaron a 1.799 venezolanos. Sin embargo, la negativa de Caracas a recibir estos vuelos podría intensificar las tensiones y desencadenar una nueva ola de sanciones económicas. Trump, quien ya implementó un embargo petrolero contra Venezuela en 2019, podría recurrir a estrategias similares para ejercer mayor presión sobre el régimen chavista.
