Mar negro. El 20 de diciembre, un derrame de petróleo en el terminal marítimo de la refinería Talara, operada por Petroperú, provocó una grave crisis ambiental. El vertido afectó cinco playas, sumiendo a cientos de pobladores en una situación crítica y causando la muerte de numerosos animales marinos, lo que empeoró el daño ecológico en la zona.
Ante este desastre, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), entidad vinculada al Ministerio del Ambiente, ha impuesto medidas que deben cumplirse para mitigar los efectos del derrame. En caso de no ser ejecutadas, la entidad advirtió que se procederá con las correspondientes acciones administrativas, civiles y penales para garantizar la responsabilidad y la reparación del daño causado.
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El organismo emitió medidas administrativas de cumplimiento inmediato contra Petroperú tras el derrame de hidrocarburos en Piura, con el objetivo de prevenir daños adicionales que puedan afectar la salud de las personas, los cuerpos de agua, los sedimentos y la fauna marina. En este contexto, se han dispuesto seis medidas específicas:
Si la empresa no cumple con las medidas establecidas, el OEFA advirtió que se tomarán las acciones administrativas, civiles y penales correspondientes. Además, reitera su compromiso con la fiscalización ambiental, asegurando una supervisión y sanción responsables.
El organismo fiscalizador ha desplegado personal en la zona afectada para evaluar el impacto y determinar si será necesario dictar medidas administrativas adicionales. Entre las playas afectadas se encuentran:
Paralelamente, Petroperú inició las actividades de limpieza y remediación en las áreas contaminadas con el objetivo de mitigar los daños ambientales.