Una historia conmocionó las redes sociales por su inesperado desenlace. Debbie Stevens, una trabajadora de Nueva York, donó un riñón a su jefa, Jackie Brucka, quien enfrentaba graves problemas de salud. Sin embargo, su gesto altruista no recibió la gratitud que esperaba. Meses después de la cirugía, Debbie fue despedida por "faltas laborales", lo que causó indignación entre los internautas.
Aunque el caso se registró en 2011, volvió a ganar atención en plataformas como Facebook debido a la injusticia que rodea la historia. Stevens, madre soltera y empleada comprometida, decidió actuar generosamente para ayudar a quien consideraba una líder, pero el resultado la dejó devastada y sin empleo.
Debbie Stevens trabajaba como asistente administrativa en Long Island, Nueva York, cuando conoció el delicado estado de salud de su jefa, Jackie Brucka, quien requería un trasplante de riñón. Movida por la empatía, Stevens se ofreció voluntariamente como donante, a pesar de los riesgos personales y sin imaginar el giro que tomarían los eventos.
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Sin embargo, al realizar los estudios médicos necesarios, se descubrió que el órgano de Stevens no era compatible con el de su jefa. Los especialistas decidieron entonces participar en una donación cruzada: el riñón de Debbie fue enviado a un paciente en Missouri, mientras que Brucka recibió otro órgano desde San Francisco. A pesar de no beneficiarse directamente del riñón de su empleada, Jackie recuperó su salud gracias a esta operación.
Tras la cirugía, Debbie comenzó a experimentar complicaciones físicas. Presentaba dolor en las piernas y problemas digestivos, lo que dificultaba su recuperación completa. A pesar de ello, su jefa insistió en que regresara al trabajo. Según Stevens, la presión para reincorporarse era constante, incluso cuando aún no estaba en condiciones óptimas de salud.
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Poco tiempo después, Debbie fue despedida. Según Brucka, la decisión buscaba evitar aparentar favoritismos en el ambiente laboral. Las palabras que Jackie le dijo al comunicarle el despido quedaron grabadas en la memoria de Debbie: "Si no lo hago, pensarán que te doy un trato especial". Este acto generó una sensación de traición en Stevens, quien describió la experiencia como "dolorosa y horrible".
Luego de perder su empleo, Debbie presentó una demanda contra su antigua jefa ante la Comisión de Derechos Humanos de Nueva York. Entre sus solicitudes se encontraba una compensación económica por el daño emocional y físico.
Su historia generó miles de comentarios en redes sociales como Facebook, donde los usuarios han expresado su indignación y apoyo hacia ella. Muchos destacan la falta de humanidad en el accionar de su jefa y cuestionan el sistema laboral que permite estas prácticas.
