La fuerza aérea representa un componente fundamental para la seguridad de cada país en Sudamérica, donde la geografía desafiante de la región demanda un poder militar eficiente y moderno. Según el reciente informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), varias naciones sudamericanas han logrado conformar flotas de combate de gran envergadura, superando en cantidad y sofisticación a las aeronaves de Perú. Este balance militar destaca el avance en defensa aérea de estas potencias regionales.
El informe del IISS sitúa a Brasil, Venezuela, Chile y Colombia como los países con mayor poder aéreo en Sudamérica, superando a Perú en cantidad y capacidades de aeronaves de combate. Estas fuerzas aéreas no solo representan una garantía de seguridad interna, sino que también cumplen funciones de disuasión en la defensa de sus fronteras. En un contexto geopolítico cambiante, contar con una flota aérea robusta se traduce en una mayor capacidad de respuesta frente a posibles conflictos o amenazas, permitiendo a cada nación asegurar su soberanía de manera eficaz.
A continuación, presentamos el estado actual de las fuerzas aéreas de estos países, según el número de aeronaves y su tecnología de combate.
Brasil lidera la región con una fuerza aérea que cuenta con 185 aviones de combate. La diversidad y tecnología de su flota le otorgan una ventaja significativa sobre otros países sudamericanos. Entre sus principales aviones destacan los cazas supersónicos Northrop F-5 Tiger II y los AMX A-1, estos últimos de origen italo-brasileño. Además, la reciente incorporación de los cazas suecos Saab Gripen consolida a Brasil como la nación con mayor poder aéreo en Sudamérica, gracias a un acuerdo de largo plazo firmado en 2013 que permite a la Fuerza Aérea Brasileña contar con tecnología de última generación.
Con 79 aeronaves de combate, Venezuela ocupa el segundo lugar en el ranking sudamericano de poder aéreo. Su flota incluye modelos de alta tecnología como los cazas F-16 y los Sukhoi Su-30, de fabricación rusa, lo que le otorga una capacidad ofensiva notable en la región. La diversidad de sus equipos fortalece a la Fuerza Aérea Venezolana, consolidando su posición en el continente y ofreciendo al país un respaldo estratégico en situaciones de conflicto.
Chile se sitúa en el tercer lugar de poder aéreo en la región, con una flota de 76 aeronaves de combate. Su Fuerza Aérea posee 46 cazas F-16, los cuales están distribuidos en distintas versiones para cubrir diversas necesidades operativas. Además, la flota incluye 12 cazas F-5 Tiger III, una variante avanzada del modelo estadounidense. La combinación de estos aparatos permite a Chile mantener una sólida defensa aérea, con capacidad de respuesta rápida ante cualquier amenaza en su territorio.
Colombia dispone de 64 aviones de combate, situándolo como el cuarto país con mayor poder aéreo en Sudamérica. Su flota se compone principalmente de 22 cazas IAI Kfir, fabricados en Israel con diseño inspirado en el Mirage 5 de origen francés. Esta capacidad le permite a Colombia contar con una presencia aérea considerable en la región, reforzando su seguridad y manteniendo la vigilancia en sus fronteras.
Perú cuenta con una flota de 60 aeronaves, menor en número que las de sus vecinos regionales. Sus principales aviones de combate son los Mig-29 y los Mirage 2000, ambos cazas de cuarta generación con destacadas capacidades de maniobrabilidad y velocidad. Además, Perú dispone de aviones especializados en misiones de ataque a tierra, como los Su-25, conocidos como “tanques voladores”. Estos se complementan con aviones de entrenamiento y reconocimiento, que, si bien fortalecen sus capacidades, aún quedan limitados frente a las fuerzas aéreas de Brasil, Venezuela, Chile y Colombia.