Simaray Sanzo, una madre venezolana, encontró apoyo en un grupo de Facebook en medio de la crisis de inmigración en Denver. La respuesta que recibió de un desconocido resultó ser el alcalde de la ciudad, Mike Johnston, quien se convirtió en un aliado inesperado para su familia.
La historia de Simaray y su familia refleja la lucha de muchos inmigrantes que buscan un nuevo comienzo. Tras un largo y peligroso viaje desde Venezuela, la familia se encontraba en una situación precaria, sin trabajo ni hogar. Sin embargo, la conexión que establecieron con el alcalde no solo les brindó ayuda inmediata, sino que también forjó una amistad que cambiaría sus vidas.
Simaray, desesperada por encontrar ayuda, publicó un mensaje en un grupo de Facebook de su barrio en Denver. En menos de 30 minutos, recibió una respuesta que la sorprendió: "Hola Sima, ¡bienvenidos a Denver! Puedo intentar ayudarte un poco". Sin saberlo, este mensaje marcaría el inicio de una relación que iría más allá de la simple ayuda.
El encuentro se concretó en un almuerzo donde Simaray y su esposo, Samuel, conocieron a Courtney y Mike Johnston. Durante la comida, la conversación fluyó y se compartieron historias sobre sus respectivos viajes. Fue en ese momento cuando Mike reveló su identidad como alcalde de Denver. Esto dejó a la familia venezolana atónita. La humildad y el interés genuino de los Johnston sorprendieron a Simaray y Samuel, quienes no estaban acostumbrados a la cercanía de un político.
Denver enfrentaba una crisis humanitaria debido a la llegada masiva de inmigrantes. El alcalde Johnston había estado trabajando arduamente para abordar esta situación, visitando refugios y buscando soluciones. Al conocer a Simaray y su familia, se dio cuenta de que su papel como alcalde podía ser más que administrativo; podía ser humano.
La conexión entre ambas familias se fortaleció rápidamente. A medida que compartían más comidas y experiencias, se dieron cuenta de que, a pesar de sus diferencias, tenían mucho en común. La familia Johnston no solo ofreció apoyo emocional, sino que también ayudó a Simaray y Samuel a encontrar trabajo y vivienda, convirtiéndose en un pilar fundamental en su nueva vida en Denver.
La relación entre las familias se profundizó cuando Courtney se dio cuenta de que Santi, el hijo de Simaray, tenía una infección de oído. Juntas, llevaron al niño al hospital, donde la barrera del idioma se superó gracias a Google Translate y a la conexión maternal que ambas compartían. Este acto de solidaridad cimentó aún más su amistad.
Con el tiempo, la familia Johnston se unió a otros residentes de Denver para ayudar a la hermana de Simaray, Saray, y a sus gemelos. Juntos, encontraron un departamento y organizaron una venta de garaje para recaudar fondos, donde ambas familias colaboraron en la venta de arepas y otros artículos. Este esfuerzo conjunto no solo ayudó a la familia venezolana, sino que también fortaleció los lazos entre ambas familias.
Desde que se conocieron, la vida de Simaray y Samuel ha cambiado drásticamente. Con la ayuda de los Johnston, obtuvieron permisos de trabajo y Samuel encontró empleo en un hospital. Simaray también trabaja allí, lo que les ha permitido comenzar a construir una nueva vida en Denver.
El alcalde Johnston ha utilizado su experiencia con la familia venezolana para abogar por políticas más inclusivas y humanitarias en la ciudad. En un discurso reciente, destacó la importancia de la conexión humana y cómo la llegada de inmigrantes ha enriquecido a Denver, desafiando la percepción negativa que algunos tenían sobre la situación.
A medida que la vida de ambas familias continúa evolucionando, el alcalde y su esposa han aprendido valiosas lecciones de resiliencia y empatía de Simaray y su familia. La amistad que se formó en medio de la adversidad ha demostrado que, a pesar de las diferencias culturales y lingüísticas, la humanidad puede prevalecer.
Simaray expresa su gratitud por la ayuda recibida y la conexión que han establecido. Aunque sus vidas son ahora más ajetreadas, la amistad con los Johnston sigue siendo un pilar fundamental en su nueva vida en Denver. La historia de estas dos familias es un recordatorio de que, en tiempos de crisis, la solidaridad y la empatía pueden cambiar vidas.