Elvis Amoroso, presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, quien declaró la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales de julio, ha estado desaparecido durante más de dos meses. Fuentes no oficiales han indicado que Amoroso habría sido arrestado mientras intentaba huir del país. Este funcionario clave del chavismo no ha sido visto en público desde el 5 de agosto, cuando entregó al Tribunal Supremo de Justicia documentos que supuestamente acreditaban la victoria de Maduro con el 52% de los votos.
La comunidad internacional, incluidos Estados Unidos y otros países, ha expresado su desconfianza hacia estos resultados, con la oposición venezolana afirmando que su candidato, Edmundo González, fue el verdadero ganador, obteniendo más del 68% de los votos. La desaparición de Amoroso ha generado una ola de especulaciones, en un contexto de creciente represión en Venezuela.
Desde que Elvis Amoroso, desapareció de la escena pública, los rumores no han dejado de circular. Según diversas fuentes, se especula que está retenido en el complejo militar de Fuerte Tiuna, en Caracas, tras el intento de huída. Se dice que este arresto secreto estaría relacionado con su rol clave en las elecciones y la necesidad del régimen de asegurar su lealtad.
Algunos analistas comparan la situación de Amoroso con la de Tareck El Aissami, exministro venezolano, quien también fue detenido por el régimen y recluido clandestinamente. Fuentes cercanas al chavismo aseguran que Amoroso, al igual que otros funcionarios que conocen secretos comprometidos del gobierno, estaría bajo estricta vigilancia, retenido en condiciones similares a las de El Aissami, sin posibilidad de salir del país o comunicarse libremente.
Elvis Amoroso fue una pieza clave en las elecciones de julio, en las que Nicolás Maduro fue proclamado vencedor en medio de acusaciones de fraude. Como presidente del Consejo Nacional Electoral, fue el encargado de anunciar que Maduro había obtenido el 52% de los votos, en una ceremonia televisada el 28 de julio. La oposición, por su parte, asegura que el verdadero ganador fue Edmundo González, quien habría sacado un 68% de los votos, cifra que contradice los resultados anunciados por Amoroso.
El proceso electoral fue duramente criticado por la comunidad internacional y organizaciones de derechos humanos, que señalaron la falta de transparencia en el conteo de votos y la manipulación de las cifras. Sin un conteo oficial de votos respaldado por pruebas, la legitimidad de Maduro depende casi exclusivamente de la declaración de Amoroso y del respaldo del Tribunal Supremo de Justicia, también controlado por el régimen chavista.
La desaparición de Elvis Amoroso plantea serias implicaciones para el régimen de Nicolás Maduro. Analistas políticos sostienen que Amoroso representa un riesgo significativo, ya que, en caso de desertar o confesar que manipuló los resultados electorales, la legitimidad de Maduro podría desmoronarse.
Según Antonio De La Cruz, presidente del grupo de expertos Inter American Trends, con sede en Washington, "Maduro depende de la declaración de Amoroso para mantenerse en el poder. Si él se retracta, la presidencia de Maduro se derrumba". Esto convierte a Amoroso en un objetivo prioritario para el régimen, que no puede permitirse que salga del país ni que revele información sensible. Cualquier confesión pública de Amoroso pondría en jaque el control de Maduro sobre el aparato estatal y desataría una crisis política de gran magnitud.
En paralelo a la desaparición de Amoroso, la represión en Venezuela ha alcanzado niveles alarmantes. Desde las elecciones de julio, cerca de 2,000 personas han sido arrestadas por protestar contra el régimen. Muchos de estos disidentes han sido enviados a campos de "reeducación", donde se denuncian torturas y violaciones a los derechos humanos. Activistas y organizaciones internacionales han levantado la voz ante la violencia y persecución sistemática ejercida contra aquellos que se oponen al gobierno de Maduro.
La desaparición de Elvis Amoroso, combinada con las tácticas represivas del chavismo, ha generado un ambiente de miedo e incertidumbre. Mientras tanto, las redes sociales y los medios independientes en Venezuela continúan especulando sobre el destino de este funcionario clave, cuyo silencio podría ser tanto un símbolo de lealtad como un acto forzado por un régimen que no tolera la traición.