A pocos días de las elecciones presidenciales de 2024, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS, por sus siglas en inglés) anunció el fin del Parole Humanitario. Este programa gubernamental permitía el ingreso de inmigrantes de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela. La iniciativa se implementó durante la gestión de Joe Biden y Kamala Harris.
A través del Parole Humanitario, los beneficiarios tenían la posibilidad de entrar al territorio americano por un periodo de 2 años con un permiso de viaje especial. Durante este tiempo, los migrantes podían trabajar sin restricciones. La medida formaba parte de los esfuerzos por disminuir los cruces ilegales en la frontera.
La decisión fue anunciada en el sitio web del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (Uscis). Por tal motivo, los ciudadanos de Venezuela, Haití, Nicaragua y Cuba deberán buscar otras alternativas para migrar a Estados Unidos.
Tras la eliminación del Parole Humanitario, las personas afectadas deben actuar con rapidez para evitar caer en situación irregular y enfrentar el riesgo de deportación. Según los últimos datos del DHS, aproximadamente 110.000 cubanos, 210.000 haitianos, 93.000 nicaragüenses y 117.000 venezolanos han ingresado a Estados Unidos mediante el Parole Humanitario.
En una entrevista con Diario Las Américas, la abogada de inmigración María Herrera Mellado mencionó 4 alternativas que tienen los venezolanos para seguir en Estados Unidos tras el fin del Parole Humanitario:
Los inmigrantes venezolanos y haitianos que hayan llegado a Estados Unidos bajo el programa de Parole Humanitario antes de julio de 2023 y junio de 2024, respectivamente, pueden solicitar el Estatus de Protección Temporal (TPS). Por su parte, los cubanos tienen la opción de obtener una residencia temporal a través de la Ley de Ajuste Cubano.
En contraste, los nicaragüenses no disponen de beneficios específicos según su nacionalidad, por lo que deben buscar asilo u otras formas de estatus migratorio. Esta situación también se aplica a los venezolanos que llegaron antes de que el TPS fuera implementado para ellos, quienes, según el gobierno, superan las 50.000 personas.