Los dirigentes del gremio de transporte que encabezaron la paralización del último jueves y viernes en Lima se sienten traicionados. Y no solo eso, dicen que han sido engañados y utilizados por el Congreso con el fin de quitarle fuerza a su protesta. “Nunca pensaron ni desearon corregir las cosas. Los partidos que están ahí no piensan en el pueblo, sino solo en sus intereses particulares”, aseguran.
Julio Campos, vicepresidente de la Alianza Nacional de Transportistas, dice sentirse decepcionado. “Nos aseguraron el jueves que se reunirían y pondrían el tema de la derogación de la ley que favorece al crimen organizado (n° 32108), pero solo se burlaron de nosotros. Nos hicieron esperar más de un día para finalmente mostrar lo que son en realidad, los enemigos de los trabajadores”.
Walter Carrera, vicepresidente de la Asociación de Transportistas, señala que después de usar su lucha como “un tema para figurar”, los congresistas se olvidaron de ellos. “Nadie nos ha llamado desde el viernes. Ni del Congreso ni del Gobierno. Eso es señal de que están jugando en pared y solo nos engañaron”.
Por esta razón, este jueves, día en que sostendrán una reunión de coordinación con los integrantes de la Coordinadora Nacional de Gremios, decidirán la fecha y la plataforma de la próxima paralización nacional que llevarán adelante en rechazo a las leyes que ha aprobado el Congreso y el intento del Gobierno de criminalizar la protesta de los trabajadores.
Y pese al anuncio de que el paro de tres días se suspendía la noche del viernes, ayer sábado todavía se observó poca afluencia de vehículos de transporte público en Lima.
Según el general Luis Monroy, jefe de la Región Policial Lima, la presencia de buses bordeaba el 80% hacia el mediodía. “Tengo reporte de los conos norte, este y sur, y confiamos en que esto mejorará más tarde”.
