Un año después de la letal incursión de milicianos de Hamás en el sur de Israel, el 7 de octubre de 2023, siguen circulando todo tipo de versiones sobre el número de niños asesinados. Un recuento de AFP establece que murieron 37 menores, entre ellos dos bebés.
Publicaciones en las redes sociales en hebreo, francés o inglés afirman entre tanto que el movimiento islamista palestino mató ese día a decenas de bebés, decapitando o mutilando a algunos e incluso quemando vivo a uno de ellos.
En el ataque del 7 de octubre, los milicianos asesinaron a civiles en masa y tomaron rehenes, quemaron viviendas y atacaron localidades con una variedad de armas de pequeño calibre o disparando cohetes.
Un balance establecido por AFP basado en datos oficiales israelíes establece en 1.206 el número de muertos, en su mayoría civiles, y en 251 el de personas secuestradas.
Los detalles exactos de ciertas atrocidades siguen siendo objeto de controversias. Algunas alegaciones de funcionarios israelíes, compartidas en las redes sociales, no están respaldadas por datos ni por registros públicamente disponibles.
El propio primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó el 27 de septiembre ante la ONU en Nueva York que los atacantes "quemaron vivos a bebés".
Según el recuento de AFP, en la lista de víctimas mortales figuran dos niños menores de 5 años.
Mila Cohen, de 9 meses, fue asesinada a balazos junto a su padre en su refugio en Beeri, cerca de Gaza, en tanto que su madre sobrevivió.
En el kibutz Nir Oz se encontró quemado el cuerpo de Omer Kedem Siman Yov, de 2 años, junto a los de sus hermanas, las gemelas Shahar y Arbel, de 5 años, y los de sus padres.
La situación de otros dos niños de menos de 5 años, Ariel y Kfir Bibas, de 4 años y de 9 meses, secuestrados en el kibutz Nir Oz junto a sus padres, sigue sin estar clara.
En total, 37 menores, incluyendo trece de menos de 13 años, fueron asesinados el 7 de octubre, de acuerdo con los datos oficiales israelíes, de los kibutz atacados y de testimonios en los medios de comunicación.
La trágica muerte de los gemelos Liel y Yanai Hetzroni, de 12 años, fue extensamente relatada por los medios israelíes.
Los menores formaban parte de un grupo de 13 personas secuestradas por los milicianos islamistas y halladas muertas después en una casa bombardeada por un tanque israelí en el kibutz Beeri.
El ejército israelí afirmó que "la mayoría de los rehenes [de ese grupo] fueron asesinados por los terroristas", pero la duda persiste.
Las autoridades necesitaron más de un mes, y la ayuda de arqueólogos, para buscar entre las cenizas de la casa incendiada y poder confirmar la muerte de Liel.
En total, 10 menores murieron en Beeri el 7 de octubre y otros diez fueron llevados como rehenes a Gaza, de acuerdo con el recuento de AFP.
En el kibutz Nir Oz, el cuerpo de Noya Dan, de 13 años, fue identificado el 18 de octubre junto al de su abuela francoisraelí Carmela Dan, con quien había pasado la noche.
En el kibutz vecino de Kfar Aza, uno de los lugares más afectados por el ataque, dos adolescentes, Yonatan y Yiftah Kutz, de 16 y 14 años, fueron asesinados junto a sus padres y su hermana mayor, Rotem, de 18 años.
Durante las conmemoraciones organizadas por las familias de las víctimas por el aniversario del 7 de octubre, la historia de la familia Kafshiter dejó una huella particularmente fuerte en Israel.
Aline Kafshiter, de ocho años, y su hermano Eitan, de cinco, murieron junto a sus padres por el impacto de un cohete antitanque disparado contra su coche cuando volvían de un viaje desde el sur de Israel.
Su abuela contó que se enteró de sus muertes una por una, con varios días de diferencia.
Durante el ataque del 7 de octubre, también murieron seis niños beduinos, de entre cinco y 15 años, y un niño judío de 12 por impactos de cohetes disparados desde la Franja de Gaza hacia el sur de Israel.
La víctima más joven reconocida oficialmente es una bebé que murió 14 horas después de haber nacido, debido a una cesárea practicada de urgencia a su madre, que había resultado herida de bala.
Los otros menores fueron asesinados por los comandos de Hamás en kibutz situados en la playa Zikim, al norte de la Franja de Gaza. Una adolescente de 17 años, con discapacidad grave, murió en el festival de música Nova, adonde la había llevado su padre.
De las 251 personas secuestradas el 7 de octubre y llevadas a Gaza, todos los menores cautivos fueron liberados a cambio de presos palestinos en la tregua de una semana en noviembre --la única hasta la fecha--, salvo Ariel y Kfir Bibas.