El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, expresó este jueves su disposición al regreso de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), expulsada del país por el gobierno anterior luego de que denunciara violaciones sexuales a migrantes en la selva del Darién.
MSF tuvo que suspender sus actividades en Panamá luego de que el 29 de febrero denunciara un "aumento de los ataques brutales y la violencia sexual en la selva" fronteriza con Colombia, que sirve de corredor a miles de migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos.
"Por mí pueden regresar, siempre que se coordinen con las entidades competentes de salud y seguridad", dijo Mulino en su conferencia de prensa semanal al ser consultado sobre si había contactos con MSF, expulsada por el anterior gobierno de Laurentino Cortizo.
"Yo no he visto ninguna solicitud de referencia, tampoco sé por qué fueron excluidos del país, por mí pueden venir (...) porque es una organización internacional que yo creo que presta un servicio humanitario muy bueno", agregó Mulino, quien sustituyó a Cortizo el 1 de julio.
La ONG explicó entonces que en solo una semana de febrero sus médicos habían atendido a 113 migrantes que sufrieron agresiones sexuales por parte de criminales que operan en el Darién. En todo enero habían sido 120 los casos, según MSF.
Después de esas declaraciones, el gobierno de Cortizo retiró el permiso a la ONG para operar en el país, acusándola de "entorpecer la función de las diferentes instituciones en Panamá".
Según el anterior gobierno, MSF no entregaba a las autoridades nacionales los datos de las personas que denunciaban haber sufrido abusos sexuales.
En 2023, más de medio millón de personas pasaron por la jungla panameña, pese a enfrentar peligros como ríos caudalosos, animales salvajes y grupos criminales.
En lo que va de año han pasado por el Darién 260.000 personas, de las cuales dos terceras partes son venezolanos.
El ministro de Seguridad, Frank Ábrego, dijo en agosto que "unos 45" migrantes murieron este año en la frontera selvática, pero las autoridades desconocen la cifra real de muertos por lo inaccesible del terreno y la dificultad para encontrar los cadáveres.
Además de MSF, agencias de la ONU asisten a los migrantes en la selva panameña.