A principios de junio de 2022, Ryker Webb, un niño de apenas tres años, desapareció mientras jugaba cerca de su hogar en el condado de Lincoln, Montana. La preocupación se extendió rápidamente entre sus padres y las autoridades locales cuando el pequeño no regresó, desatando una búsqueda exhaustiva en un área montañosa repleta de riesgos naturales. La historia de Ryker Webb capturó la atención pública no solo por su desaparición, sino por el estado en el que fue hallado: físicamente bien, pero con una expresión de terror en su rostro, conocida como la "mirada de las 1.000 yardas".
Ryker fue encontrado en el bosque después de dos días, tras sobrevivir en condiciones extremas de frío, con temperaturas de hasta 4 °C, tormentas eléctricas y la posible presencia de depredadores como osos y leones de montaña. Su estado de salud era sorprendentemente estable, aunque claramente había pasado por una experiencia que dejó secuelas psicológicas visibles. ¿Cómo fue posible que un niño tan pequeño resistiera esas adversidades?
La desaparición de Ryker Webb ocurrió el 3 de junio de 2022. Según los informes, el niño jugaba con su perro cuando, de manera repentina, desapareció en los densos bosques cercanos a su hogar. Las autoridades del condado de Lincoln lanzaron un operativo masivo para su búsqueda, utilizando equipos especializados, como drones, perros rastreadores y vehículos todoterreno. Sin embargo, las condiciones climáticas dificultaron las labores, con lluvias persistentes y visibilidad limitada.
A pesar de los obstáculos, las pistas finalmente llevaron a los rescatistas a un cobertizo donde una familia, residente en las cercanías del bosque, escuchó la voz de un niño. Al ingresar, encontraron a Ryker Webb en un estado de shock evidente: estaba frío, sediento, hambriento y extremadamente asustado, pero sorprendentemente sin heridas físicas graves. Lo que más llamó la atención de quienes lo rescataron fue su mirada, descrita como "perdida" y aterrorizada.
Las autoridades y psicólogos indicaron que el estado emocional de Ryker podría estar vinculado a una experiencia traumática vivida durante esos dos días. Su mirada desconcertante y su incapacidad para relatar con detalle lo ocurrido generaron muchas interrogantes sobre lo que realmente vivió mientras estuvo solo en el bosque.
El misterio en torno a lo que Ryker Webb pudo haber presenciado o experimentado en esos dos días sigue sin resolverse. A su corta edad, la capacidad del niño para procesar y explicar lo ocurrido es limitada. En un video compartido por su hermano mayor en la plataforma TikTok, Ryker menciona brevemente que encontró una casa en el bosque y que "alguien" vivía allí. Este relato es confuso y ha dejado abiertas múltiples teorías, aunque ninguna ha sido confirmada por las autoridades.
A pesar de estas declaraciones, no se han encontrado pruebas que confirmen la existencia de esa supuesta casa o la presencia de otras personas en el área. Esta declaración, junto con la mirada perturbadora del niño, ha alimentado especulaciones en redes sociales. Sin embargo, su familia ha descartado teorías conspirativas que circulaban sobre la posibilidad de algún tipo de intervención maligna.
El caso de Ryker Webb sigue bajo investigación, ya que aún hay dudas sobre el tiempo que tardaron sus padres en reportar su desaparición y la supervisión que tenía el niño cuando se perdió.
La expresión de terror en el rostro de Ryker Webb ha sido descrita como la famosa "mirada de las 1.000 yardas", un término que se originó para describir la apariencia de soldados tras vivir experiencias traumáticas durante la guerra. Esta mirada está relacionada con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), una condición psicológica que puede surgir tras enfrentar eventos altamente angustiantes.
La "mirada de las 1.000 yardas" refleja una desconexión emocional y mental de la persona, como si su mente se distanciara de la realidad. En el caso de Ryker, se cree que su experiencia en el bosque pudo haber causado este estado de shock emocional. Este tipo de condición puede durar desde meses hasta años, dependiendo de la severidad del trauma y del tratamiento psicológico recibido. Aunque el niño ha sido evaluado médicamente, no se han revelado más detalles sobre su estado emocional actual ni sobre los posibles tratamientos a seguir.