Cinco personas murieron acribilladas este martes en Ecuador en una nueva masacre que se da en medio de un estado de excepción por el incremento de la violencia de las bandas criminales, informó la policía.
"Servidores policiales encontraron cuatro sujetos sin vida y una persona herida, quien fue llevado a una casa de salud, donde falleció por la gravedad" de sus lesiones, informó la Policía a la AFP.
Los cinco hombres "presentaban impactos de bala", agregó el reporte. En el sector de El Recreo, en la violenta ciudad de Durán (suroeste y vecina a Guayaquil), aún quedaban rastros de la masacre: una gorra y unos zapatos ensangrentados.
De acuerdo con la policía, "los responsables del ataque eran varios sujetos que se movilizaban en dos vehículos". Ellos bajaron de los autos y abrieron fuego.
Una mujer de la zona relató a la AFP que los pistoleros usaban ropa similar a la del Ejército. "Supuestamente dicen que son los militares, pero ahorita como hay mafia ellos se camuflan", señaló bajo reserva por temor.
Guayas, donde está la ciudad de Durán, es una de las seis provincias de Ecuador que están bajo estado de excepción a causa del repunte de la violencia. A la lista se suman Los Ríos, Manabí, Santa Elena, El Oro y la amazónica Orellana, además de las ciudades de Quito (Pichincha), y la localidad minera de Camilo Ponce Enríquez (en Azuay).
En su guerra contra el crimen organizado, el presidente Daniel Noboa ha declarado de manera continua esta medida para suspender derechos como la libertad de reunión e inviolabilidad de domicilio.
En esta ocasión instauró un toque de queda por siete horas, a partir de las 22H00 locales (03H00 GMT), en poblaciones de Guayas, Los Ríos y Orellana, además de Ponce Enríquez.
El gobierno señala que entre enero y octubre ha logrado reducir los homicidios, pasando de 6.037 en el mismo periodo de 2023 a 4.959 este año.
Las muertes violentas en Ecuador se han disparado en los últimos años. La tasa de homicidios pasó de 6 en 2018 a 47 asesinatos por cada 100.000 habitantes en 2023.
El Ejecutivo sostiene que las muertes por lo general tienen que ver con ajustes de cuentas entre bandas o pugnas por territorio para la venta de droga.