El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sancionó este martes un proyecto de ley para potenciar el uso de biocombustibles y avanzar en la descarbonización del transporte como medidas frente al cambio climático.
"Brasil es el país que va a hacer la mayor revolución energética del planeta Tierra, y no hay nadie que compita con Brasil", dijo el mandatario de izquierda al sancionar la ley en un acto celebrado en la Base Aérea de Brasilia.
La llamada Ley del Combustible del Futuro crea programas para promover la producción de combustibles sostenibles con el objetivo de reducir el consumo y la dependencia de hidrocarburos fósiles, como la gasolina y el diésel.
Aprobada por el Congreso en septiembre, la norma impulsa el etanol y el biodiésel, ambos de origen vegetal, aumentando sus mezclas en la gasolina y el diésel, respectivamente.
Pretende evitar la emisión de 705 millones de toneladas de dióxido de carbono hasta 2037, principal responsable del calentamiento global, según los expertos.
También propulsa el uso del biometano en lugar del gas natural y el combustible de aviación sostenible (SAF, en inglés), con el cual se pretende una reducción gradual del 10% de las emisiones en los vuelos domésticos hasta 2037.
Además, establece un marco normativo para la captura y el almacenamiento de carbono, indicó la presidencia brasileña en un comunicado.
"Los avances que veremos como resultado de esta ley no tienen precedentes", dijo el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, cuyo despacho presentó la iniciativa.
Estamos "introduciendo combustible de aviación sostenible y diésel verde en la matriz energética y descarbonizando sectores que contribuyen significativamente a la contaminación del planeta", afirmó en un comunicado.
Desde su regreso al poder a comienzos de 2023, Lula, de 78 años, ha buscado posicionar a su país entre los líderes del debate global sobre la protección del medio ambiente y el cambio climático.
El año pasado, el gobierno logró reducir a la mitad la deforestación en Amazonía.
Primera economía de América Latina, Brasil es uno de los principales productores de petróleo del mundo, con 1,4 millones de barriles de crudo exportados por día. Esa actividad ha sido denunciada por organizaciones ambientalistas como una paradoja en la política del gobierno de Lula.