Si alguien está planeando un viaje a Estados Unidos con su mascota, tiene que conocer las nuevas disposiciones impuestas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Estas medidas han sido implementadas para prevenir la reintroducción de la rabia canina en el país y garantizar un tránsito seguro para las mascotas. Es importante que el viajero se informe sobre los requisitos específicos de vacunación y documentación para asegurar un viaje sin contratiempos.
Para los viajeros que provienen de países catalogados como de bajo o sin riesgo de rabia canina, como México, el proceso es relativamente sencillo. Los dueños de mascotas deben presentar un comprobante de presentación del Formulario de los CDC para la importación de perros. Este formulario se puede completar en línea el mismo día del viaje, lo que facilita su obtención. Una vez llenado, el documento puede ser presentado tanto en formato impreso como digital ante las autoridades de aerolíneas y aduanas.
Es importante destacar que este comprobante tendrá una validez de seis meses y permitirá múltiples entradas a Estados Unidos, lo cual resulta conveniente para quienes planean viajar con frecuencia. Además, todas las mascotas deben estar identificadas mediante un microchip detectable por escáner universal y ser mayores de seis meses. Esta medida no solo garantiza que cada perro esté debidamente registrado, sino que también asegura que cumpla con los estándares sanitarios necesarios para ingresar al país.
Si un perro proviene de un país considerado de alto riesgo para la rabia canina, como Colombia, Venezuela, Brasil o Cuba, los requisitos son más estrictos. En estos casos, los dueños deben presentar un Formulario de Certificación de Vacunación contra la Rabia emitido por Estados Unidos o un certificado sanitario aprobado por el Departamento de Agricultura (USDA). Este procedimiento es esencial para garantizar la seguridad tanto de los animales como de la población.
Además, es crucial que el microchip del perro haya sido implantado antes de recibir la vacuna antirrábica. Este detalle es fundamental, ya que la identificación adecuada del animal permite rastrear su historial de vacunación y asegura que ha cumplido con todas las normativas sanitarias requeridas.
