El Ejército israelí intensificó su presencia en el sur de Líbano, enviando una tercera división a la zona en medio de combates con el grupo chií Hezbollah. Desde el inicio de su invasión, que Israel define como “incursiones limitadas” contra la infraestructura del grupo en la frontera, ya han muerto diez soldados israelíes. Las tropas desplegadas pertenecen a las divisiones 98, 36 y 91.
"Desde el comienzo de la guerra, la 91 División ha llevado a cabo una cantidad significativa de operaciones ofensivas y defensivas para degradar y atacar a la organización Hezbolá y su infraestructura en el sur del Líbano, utilizando ataques terrestres y aéreos", señala el comunicado.
Mientras tanto, Hezbollah continúa lanzando cohetes al norte de Israel, logrando impactar zonas cercanas a Haifa, lo que marca un punto crítico en los ataques. El lunes, el Ejército israelí anunció el despliegue de estos soldados, que incluye brigadas de Brigada Nahal, paracaidistas, comandos, acorazadas y de infantería, para reforzar la ofensiva terrestre en Líbano.
Las fuerzas israelíes intensificó sus operaciones en el sur de Líbano, donde la División 91 reportó la eliminación de decenas de combatientes de Hezbollah mediante ataques aéreos. Este anuncio se produce tras la confirmación de la muerte de un décimo soldado israelí. Las últimas semanas generó una grave crisis humanitaria, con más de 2.000 fallecidos y un millón de desplazados, según informes de las autoridades libanesas.
Israel ordenó la evacuación de numerosas localidades en el sur de Líbano, una medida que subraya el temor a una intensificación de la ofensiva. Mientras tanto, Hezbollah sigue lanzando ataques contra las posiciones israelíes, y la muerte de dos reservistas israelíes en un ataque de mortero ha motivado el envío de más tropas al frente. La situación amenaza con desestabilizar aún más la región, afectando tanto a civiles como a fuerzas militares.
El Ejército israelí amplió su ofensiva en la región norte de la Alta Galilea, declarando tres nuevos pueblos como “zonas militares cerradas”. Los kibutz de Manara, Yiftah y Malkiah ahora tienen estrictamente prohibida la entrada, según un comunicado oficial. Esta medida forma parte de la invasión terrestre que comenzó el 1 de octubre, en medio de una escalada en el conflicto con Hezbollah.
El conflicto entre Israel y Hezbollah se intensificó tras un año de enfrentamientos, exacerbado por la brutal ofensiva en la Franja de Gaza, que causó la muerte de casi 42.000 personas, en su mayoría mujeres y niños. La invasión del sur de Líbano por parte de Tel Aviv agravó la situación, con informes de las autoridades libanesas que confirman al menos 2.036 muertos, más de 9.500 heridos y el desplazamiento de 1,2 millones de personas.