A Alex Lucitante no le ha temblado la mano para proteger a su comunidad indígena de mineras y grupos armados en la zona de la Amazonía que habita entre Ecuador y Colombia. De cara a la COP16, exige incluir a los pueblos originarios en la toma de decisiones.
A menos de un mes de la gran cita mundial de Naciones Unidas sobre la biodiversidad, este líder de la etnia Cofán Avie es una de las voces indígenas que intenta, desde sus territorios, hacerse oír por los gobernantes que se reunirán en Cali, suroeste de Colombia.
"Es una oportunidad para poder tener más fuerza en el mundo", sostiene a la AFP. "Estamos en una situación bien crítica, y es por eso que quiero dejar ese mensaje (a los participantes de la cumbre), que vayan con mucha rebeldía, con mucho amor a su territorio, con mucho amor a la vida", dice.
Los Cofán Avie son conocidos en Ecuador por haber obtenido una histórica victoria legal contra la industria minera en 2018, cuando tribunales anularon 52 concesiones de extracción de oro en su territorio.
De 31 años e hijo de un famoso chamán, Lucitante organizó esa lucha contra las mineras, estableciendo una guardia indígena, patrullas y un sistema con drones de vigilancia para reunir las pruebas de las violaciones ambientales en su tierra. Al mismo tiempo, llevó los reclamos a la justicia.
La batalla le fue reconocida en 2022 con el Premio Goldman, el Nobel de los ecologistas.
"Hasta el momento no he podido participar en una COP de esta magnitud", confiesa Lucitante, un hombre de mirada amable y el cuello repleto de tradicionales collares de cuentas y dientes de animales.
Pero de todas las Conferencias de las Partes (COP) ya celebradas, "en realidad no se han visto cambios significativos", considera.
Su pedido para la cumbre de octubre es que "los pueblos indígenas, los líderes o las voces más fuertes de los territorios, que son los sabios de los territorios, puedan también participar en esos espacios donde se están tomando decisiones".
Las autoridades van a "estos espacios y terminan diciendo que el gobierno está haciendo un muy buen trabajo con los pueblos indígenas (...). Eso en los territorios no se ve", denuncia el activista.
Con decepción, asegura que muchas de las ayudas dirigidas a proteger el medioambiente y la biodiversidad "se quedan en las ciudades y nunca llegan a los territorios".
Los Estados, en su opinión, "son los primeros que promueven la destrucción de la biodiversidad negociando, poniendo licitaciones petroleras y concesiones mineras, persiguiendo a líderes indígenas".
Los Cofán Avie son unas diez familias repartidas en 55.000 hectáreas de ríos y selva exuberante.
Pero también es un territorio vastamente depredado, donde conviven con una miríada de grupos armados ilegales.
" Hay grandes riesgos y amenazas que pueden atentar contra nuestra vida", lamenta Lucitante, considerado un "héroe del clima" por varias oenegés.
"Podemos ver la minería destruyendo al límite nuestros territorios (...). Y los gobiernos no están haciendo absolutamente nada", denuncia.
"Esto pasa frente a la vista de las instituciones de gobierno, a la vista de la fuerza pública", agrega.
Lucitante recuerda que recibió amenazas por dar a conocer una actividad con su territorio. "Tuve que hablar fuerte y claro con esto, porque si no iba a generar muchos problemas entre mi comunidad con esas personas".
Las cuentas en redes sociales de este líder relatan su lucha junto a otras comunidades indígenas.
Además, son una oda a la vida y a la naturaleza, una invitación a escuchar la "sabiduría de los ancianos" y los secretos de la "medicina sagrada" y la planta alucinógena ayahuasca, muy utilizada por algunos pueblos amazónicos, específicamente el suyo.
También es un experimentado compositor y guitarrista. Sus melodías, cantadas durante las ceremonias nocturnas de ayahuasca alaban a "la tierra y el cielo, la pesca, la caza, los días llenos de abundancia". Y, allí donde el hombre y la naturaleza lo permiten, el "retorno del jaguar".
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