Aún traumatizada y con combates en varios frentes, Israel conmemora el lunes el ataque sin precedentes del movimiento islamista palestino Hamás contra su territorio del 7 de octubre de 2023, que desató la actual guerra en la Franja de Gaza.
Las conmemoraciones comenzaron en Re'im, sitio de la masacre del festival musical Nova, donde una multitud guardó un minuto de silencio a las 06H29 (03H29 GMT), hora del inicio del ataque de Hamás en el sur de Israel.
El sector permanece en gran parte intacto, con decenas de vehículos calcinados, carpas, sacos de dormir y ropa dispersa por el campo.
Poco después del inicio, cuatro misiles fueron lanzados desde la Franja de Gaza, tres de los cuales fueron interceptados y otro cayó en una zona despoblada, dijo el ejército israelí en un comunicado.
Hamás reivindicó los disparos desde Gaza.
El primer ministro Benjamin Netanyahu dirigirá un mensaje al país y el presidente Isaac Herzog estuvo presente en la conmemoración de Re'im.
Se prevén otras congregaciones en Tel Aviv y Nir Oz, un kibutz donde una treintena de habitantes murieron y más de 70 fueron tomados rehenes.
Además, de Sídney a Berlín y de Buenos Aires a Nueva York se realizarán concentraciones o ceremonias para marcar el aniversario de la ofensiva sorpresa que dejó 1.205 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes.
El domingo, decenas de miles de personas se manifestaron en todo el mundo para rendir homenaje a las víctimas del 7 de octubre o para apoyar a los palestinos tras un año de guerra sangrienta en la Franja de Gaza.
"Venir aquí un año después de esta atroz masacre es profundamente conmovedor", relató en Tel Aviv Solly Laniado, durante una vigilia la noche del domingo en Tel Aviv.
El 7 de octubre de 2023, comandos de Hamás infiltrados desde Gaza ingresaron al sur de Israel y utilizaron explosivos y excavadoras para traspasar la barrera que rodea el territorio palestino y mataron indiscriminadamente en los kibutz, bases militares y el sitio del festival Nova.
En las horas siguientes, el ejército israelí lanzó una poderosa ofensiva contra el territorio palestino con el objetivo de destruir a Hamás, que gobierna Gaza desde 2007.
Desde entonces, sectores enteros de la Franja de Gaza fueron convertidos en ruinas, y casi todos sus 2,4 millones de habitantes fueron desplazados. Al menos 41.825 palestinos han muerto, en su mayoría civiles, según el Ministerio de Salud del territorio palestino, que la ONU considera confiables.
El ejército israelí trasladó sus operaciones principales en septiembre al frente norte, donde el Hezbolá libanés intensificó el lanzamiento de cohetes contra Israel.
La agencia de prensa libanesa ANI informó de la noche del domingo cuatro bombardeos contra los suburbios del sur de Beirut, un bastión de Hezbolá atacado los últimos días por Israel.
Desde octubre de 2023, más de 2.000 personas han muerto en Líbano, más de un millar de ellos desde que se intensificaron los bombardeos israelíes el 23 de septiembre, según las autoridades.
Alrededor de 1,2 millones de personas han sido desplazadas.
Israel ha dicho que combate al movimiento proiraní libanés para permitir el regreso de unos 60.000 de sus habitantes desplazados desde la zona norte por los ataques con cohetes.
El ejército israelí permanece en estado de alerta desde el sábado ante el temor de atentados por el 7 de octubre.
Un soldado israelí murió cerca de la frontera con Líbano, reveló el ejército el lunes.
Al mismo tiempo, la ofensiva israelí en Gaza continúa pese a los múltiples intentos de alcanzar un alto el fuego.
El ejército israelí dijo la mañana del lunes que había bombardeado el hospital Al Aqsa de Deir Al Balah, en el centro de Gaza, tras afirmar que albergaba centros de comando de Hamás.
En la misma ciudad, al menos 26 personas murieron en el bombardeo de una mezquita y una escuela que albergaban desplazados, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Israel anunció también que "cercó" la zona norteña de Jabaliya, donde afirmó que Hamás "reconstruía sus fuerzas". Unas 17 personas murieron en el sitio, incluidos nueve niños, según la Defensa Civil de Gaza.
"De haber sabido que la guerra duraría un año entero, nunca me hubiera ido del norte de Gaza", declaró a la AFP Mona Abu Nahl, de 51 años, desplazada en Deir al Balah.
"Ya no tenemos energía para soportar todo esto (...) Hubiera puesto una carpa sobre mi casa destruido y me hubiera quedado, antes de sufrir esta humillación, esta hambre y desplazamientos", declaró.
"Sentimos que el mundo se detuvo el 7 de octubre", expresó otra desplazada, Israa Abu Matar, de 26 años.
"Envejezco cuando veo a mis hijos hambrientos y asustados, con pesadillas y gritando día y noche por el ruido de los bombardeos", lamentó.
En un mensaje por video divulgado el domingo, Hamás saludo el ataque "glorioso" del año pasado, que a su juicio "destruyó las ilusiones que el enemigo se había creado, convenciendo al mundo y a la región de su supuesta superioridad y capacidad".
Junto a la guerra en Gaza y Líbano, ha habido una escalada entre Israel e Irán, aliado de Hamás y Hezbolá, que el martes pasado lanzó 200 misiles a territorio israelí.
Israel amenazó a Irán con ataques similares a los de Gaza y Líbano, mientras Teherán dice estar "listo" para responder, según una fuente militar citada por la agencia Tasnim.
"Hace 12 meses que vivimos una tragedia implacable, que debe cesar", declaró el domingo Joyce Msuya, jefa del organismo humanitario de la ONU, OCHA, en un comunicado.
bur-roc/cco/mas/ag