El cambio de hora en Nueva York es un acontecimiento que se repite dos veces al año, en primavera y en otoño, como parte de una política de ajuste de los horarios para maximizar el aprovechamiento de la luz solar. Este sistema, adoptado en gran parte de Estados Unidos, es visto como una medida eficiente para ahorrar energía y mejorar la calidad de vida durante las estaciones del año.
En esta ocasión, los neoyorquinos deberán ajustar sus relojes para adaptarse al nuevo horario de invierno, lo que permitirá adaptar mejor las jornadas a las horas de luz diurna. El ajuste varía dependiendo del tipo de dispositivo que se utilice, pero la mayoría de los relojes digitales se configurarán automáticamente.
El cambio de hora en Nueva York está programado para el 3 de noviembre de 2024 a las 2:00 a.m. En ese momento, los relojes deberán atrasarse una hora, es decir, de las 2:00 a.m. volverán a marcar la 1:00 a.m. Este ajuste es necesario para dar inicio al horario de invierno, también conocido como Standard Time, el cual estará vigente hasta la primavera del próximo año, cuando se retome el horario de verano en EE. UU.
La implementación del cambio de hora en Estados Unidos data de la Ley de Horario Uniforme de 1966, que establece dos transiciones anuales: una en marzo para adelantar una hora y otra en noviembre para atrasar. Este sistema se ha mantenido vigente debido a los beneficios percibidos en el ahorro de energía y la adaptación al ciclo de luz solar durante las estaciones.
El proceso de ajuste de los relojes para el cambio de hora en Nueva York varía dependiendo del tipo de dispositivo. Los relojes digitales, como los teléfonos celulares y los smartwatches, suelen realizar este cambio de forma automática gracias a la configuración de zona horaria. Estos dispositivos detectan la ubicación y realizan el ajuste sin necesidad de intervención manual.
Por otro lado, los relojes analógicos o aquellos dispositivos que no cuentan con tecnología de ajuste automático, deben ser configurados manualmente. La recomendación es realizar el cambio antes de dormir la noche del sábado 2 de noviembre, atrasando una hora el reloj para despertar con el horario correcto el domingo. De esta manera, se evitan confusiones en la rutina diaria.
Es importante recordar que algunos territorios de EE. UU., como Hawái, la mayor parte de Arizona y varias islas del Pacífico, no participan en el horario de verano y, por tanto, no necesitan realizar ningún ajuste en sus relojes.
El cambio de horario en Estados Unidos fue introducido inicialmente con el propósito de ahorrar energía durante los meses de verano. Al adelantar una hora en marzo, se busca aprovechar mejor la luz solar y reducir la dependencia del alumbrado artificial. Esta medida, adoptada por la Ley de Hora Estándar en 1918 y formalizada en 1966 con la Ley de Horario Uniforme, sigue siendo una parte importante del calendario anual.
Entre los beneficios más destacados del cambio de horario en Estados Unidos se incluyen:
Sin embargo, a pesar de estos beneficios, el debate sobre la efectividad del cambio de hora persiste, con algunos sectores sugiriendo que el ahorro energético es mínimo y que el impacto en la salud de las personas, debido a la alteración de los ritmos circadianos, debe ser considerado en futuras revisiones de la ley.