El ataque perpetrado por la pandilla “Gran Grif” en la localidad de Pont-Sondé, Haití, ha dejado un saldo trágico de al menos 70 víctimas fatales, entre ellas mujeres y bebés, lo que ha generado conmoción a nivel nacional e internacional. Según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, los pandilleros utilizaron rifles automáticos para disparar indiscriminadamente contra civiles desarmados en esta región agrícola.
"Miembros de la pandilla Gran Grif (Grandes Garras) armados con fusiles automáticos abrieron fuego contra la población y mataron ", confirmó, mediante un comunicado, la oficina de la ONU para los Derechos Humanos.
Luckson Elan, líder de la pandilla, asumió la responsabilidad de este violento ataque, justificándolo como una represalia por la falta de apoyo de los habitantes hacia las operaciones policiales que debilitaron a la organización criminal. La magnitud de la tragedia obligó a la Policía Nacional de Haití a tomar medidas urgentes, reemplazando al comandante de la región de Artibonite en un intento de recuperar el control de la zona.
Un brutal ataque llevado a cabo por la pandilla "Gran Grif" en la localidad de Pont Sondé, en Haití, dejó al menos 70 personas muertas, incluidos tres bebés, según informó la Oficina de Derechos Humanos de la ONU. Además de las víctimas fatales, 16 personas resultaron gravemente heridas, entre ellas dos miembros de la pandilla que fueron alcanzados durante un enfrentamiento con la policía.
Durante el ataque realizado, los pandilleros incendiaron al menos 45 casas y 34 vehículos, lo que obligó a decenas de residentes a huir en busca de seguridad. "Los bandidos tomaron la localidad y ejecutaron a decenas de residentes", agregó la ONU.
El origen de este violento asalto se remonta a un conflicto entre la pandilla y algunos conductores de la zona, quienes se negaron a pagar un peaje ilegal impuesto por "Gran Grif" en una carretera nacional. Luckson Elan, líder de la pandilla, ordenó el ataque como represalia, desatando una masacre. El testimonio de Bertide Horace, portavoz de una asociación local, resaltó la crueldad del asalto.
El ataque de la pandilla "Gran Grif" en Pont Sondé no solo dejó un saldo devastador de al menos 70 muertos, sino que también forzó a unas 6.000 personas a huir de la ciudad, según la Organización Internacional de Migraciones de la ONU. El primer ministro de Haití, Garry Conille, calificó este acto como un ataque contra toda la nación haitiana, subrayando la gravedad del crimen y su impacto en el país.
Aunque las autoridades enviaron refuerzos y reemplazaron al jefe policial de la región de Artibonite, persisten las críticas sobre la falta de acción efectiva por parte de las fuerzas de seguridad durante el ataque. Según Bertide Horace, portavoz de una comisión local, los pandilleros no encontraron resistencia al perpetrar la masacre, lo que ha generado cuestionamientos sobre la eficacia de la respuesta policial.