Los perezosos, conocidos por su ritmo lento y su estilo de vida tranquilo, enfrentan un nuevo desafío que podría poner en peligro su supervivencia: el cambio climático. Investigadores han advertido que el aumento de las temperaturas globales está afectando gravemente el metabolismo de los perezosos de dos dedos (Choloepus hoffmanni), especialmente aquellos que habitan en regiones de gran altitud de América Central y del Sur.
Un estudio publicado en la revista científica PeerJ Life & Environment, liderado por la doctora Rebecca Cliffe, revela que estos animales, cuyo metabolismo ya es lento, podrían no ser capaces de soportar las temperaturas extremas esperadas para finales de este siglo. El análisis se centró en el impacto del calentamiento global en las poblaciones de perezosos de tierras altas y bajas, concluyendo que los perezosos de las zonas altas se encuentran en una situación especialmente crítica.
El cambio climático está agravando un problema que afecta directamente a los perezosos: su incapacidad para regular de manera eficiente su temperatura corporal. A diferencia de otros mamíferos, los perezosos tienen un metabolismo extremadamente lento, lo que les impide adaptarse con rapidez a los cambios ambientales. Este factor es clave para comprender por qué son tan vulnerables ante el aumento de las temperaturas globales.
El estudio, que evaluó el consumo de oxígeno y la temperatura corporal de estos animales, destaca que los perezosos de las zonas montañosas muestran un aumento significativo en su tasa metabólica cuando las temperaturas superan los 32 °C. "Estos animales simplemente carecen de la flexibilidad metabólica necesaria para enfrentar temperaturas extremas, lo que podría tener consecuencias fatales", explicó Cliffe en un comunicado.
Los perezosos que habitan en tierras altas son los más afectados por los cambios climáticos. Estas regiones, tradicionalmente frescas, han propiciado que los perezosos desarrollen adaptaciones como pelajes más gruesos y oscuros, que los protegen del frío. No obstante, estos mismos rasgos pueden volverse en su contra en un ambiente cada vez más cálido. A medida que las temperaturas aumentan, estos animales experimentan un incremento en su tasa metabólica que no pueden compensar debido a su dieta extremadamente baja en calorías y su digestión lenta.
Cliffe señaló que los perezosos de tierras bajas tienen una ligera ventaja en comparación con sus homólogos de mayor altitud, ya que están más adaptados a climas cálidos y pueden reducir su tasa metabólica cuando las temperaturas exceden su zona térmica activa. Sin embargo, los perezosos de las montañas carecen de esa capacidad y están atrapados en un hábitat que podría volverse inviable para ellos.
Los investigadores emplearon modelos climáticos para proyectar el impacto del calentamiento global en los perezosos para el año 2100. Los resultados fueron alarmantes: se estima que con un aumento de 2 °C en la temperatura global promedio, los perezosos de tierras bajas experimentarán un incremento en su temperatura corporal de hasta 2,13 °C, mientras que los de tierras altas presentarán un aumento de 1,53 °C. Este cambio, aunque aparentemente pequeño, puede tener graves consecuencias, ya que aumentaría la demanda energética de estos animales más allá de lo que su cuerpo puede soportar.
El estudio destaca que los perezosos de altitud, al no tener la capacidad de migrar a zonas más frías, enfrentarán un doble obstáculo: un metabolismo que no se adapta y un hábitat que se vuelve insostenible. Estos factores podrían llevar a estas poblaciones a la extinción si no se adoptan medidas urgentes para su conservación.
La situación de los perezosos de tierras altas es especialmente grave, y los investigadores hacen un llamado a implementar políticas de conservación que mitiguen los efectos del cambio climático en estas especies. "Es crucial que sigamos investigando para comprender mejor cómo las especies de montaña pueden adaptarse a las nuevas condiciones climáticas", subrayó Cliffe.
El estudio no solo destaca la importancia de proteger a los perezosos, sino que también actúa como una advertencia sobre el impacto devastador que el cambio climático está teniendo en las especies tropicales, muchas de las cuales carecen de los mecanismos necesarios para adaptarse a los cambios rápidos en su entorno.