Pocas son las historias en las que el romance y la tragedia se plasman en grandes monumentos. Es conocido el caso del emperador mongol Shah Jahan, quien construyó el Taj Mahal para albergar los restos de su esposa, pero poco se sabe del origen de un castillo en Perú, que hoy alberga alrededor de 800.000 turistas al año y cuyo origen fue el amor de una arquitecta peruana a su difunto esposo, quien en vida fue un ilustre ingeniero químico.
Este vibrante centro turístico de estilo medieval, ubicado en la provincia de Huaral, al norte de Lima, alguna vez fue no más que ruinas. La transformación de este lugar no solo ha revitalizado la región, sino que también lo ha convertido en un punto de referencia para el turismo en el país y con la inauguración del megapuerto de Chancay se espera un incremento en la cantidad de visitantes.
Consuelo Amat y León nació en una familia de gran prestigio y riqueza. Ello le permitió desarrollarse académicamente en campos como la arquitectura, matemáticas, poesía e incluso el derecho. Sin embargo, su vida cambió drásticamente cuando su esposo, el ingeniero químico Rómulo Boggio Klauer, falleció en 1924.
En honor a su memoria, Consuelo decidió construir el Castillo de Chancay, un proyecto que comenzó en 1925 y tardó 10 años en completarse. La inmensa edificación erigida en un acantilado con vistas al océano Pacífico, de 2.200 metros cuadrados, 250 habitaciones, 12 terrazas y 4 torreones, inició como un reflejo de su amor y dedicación.
No obstante, su transformación hasta convertirse en el primer parque temático multicultural del Perú y uno de los centros turísticos más importantes del país tomó más de 50 años, luego de enfrentar diversos obstáculos y eventos históricos
La transformación del Castillo de Chancay de un montón de ruinas a una edificación de amor y luego a un próspero centro turístico es una historia de varios años. Según señaló Piero Ponce, jefe de guías turísticos del Castillo de Chancay, para el Gobierno Regional de Lima, Consuelo Amat y León habitó la edificación hasta aproximadamente 1955 y luego se dirigió a Lima. Durante 30 años, la construcción estuvo abandonada hasta que en 1988 su nieto, Juan Barreto Bollo, junto al artista holandés Hans Rooyakker, emprendió un proyecto para restaurar este lugar y convertirlo en un centro turístico.
A pesar de que la época estuvo marcada por el terrorismo de Sendero Luminoso y una crisis económica, Juan decidió llevar a cabo la obra que con el tiempo se convirtió en una de las zonas más turísticas de Lima y hoy alberga aproximadamente 50.000 visitantes cada fin de semana, según estadísticas publicadas por RPP Noticias.
Desde 2015 es considerado el primer parque temático multicultural del Perú, debido a su patrimonio arquitectónico y a la experiencia única que ofrece a sus visitantes, sumergiéndolos en la historia, la cultura y el arte de la región.
Entre los planes futuros del Castillo de Chancay se incluyen la expansión de ocho hectáreas, con motivo de los 100 años de su construcción. Estas nuevas áreas de exhibición mejorarán la experiencia de los visitantes.
Este centro turístico cuenta con diversas opciones, desde guías por toda la edificación hasta espacios para relajarse. Estos son los atractivos más resaltantes:
El Castillo de Chancay está abierto al público general todos los días, desde las 9:00 a.m. hasta las 6:00 p.m. El precio varía tanto dependiendo del día en el que se visite, así como de la edad de la persona:
El Castillo de Chancay se encuentra en el kilómetro 73 de la Panamericana Norte, exactamente en la avenida Primero de Mayo 1230, Chancay, a tan solo 40 minutos de Ancón. Para llegar allí, se puede utilizar el servicio de transporte de la empresa de buses conocida como "Z Buss", cuyo costo desde Lima hasta la ciudad de Chancay es de S/12.
