El Instituto Nacional Penitenciario del Perú (INPE) llevó a cabo el traslado de cinco reclusos desde el penal de Lurigancho hacia diferentes centros penitenciarios en todo el país, entre ellos, Cochamarca. Esta medida se tomó con el objetivo de garantizar la seguridad, el orden y el respeto a la autoridad en el sistema penitenciario.
El Grupo de Operaciones Especiales (GOES) estuvo a cargo del traslado de los internos identificados. Ellos fueron José Alexis Gómez Caycho, alias “Centella”; Julio Fernando Gómez Monterrey, alias "Nando"; Antoni Espinoza Flores, alias Chanchi; Heli Tello Estela y Freddy Brayan Villanueva Rivera.
Antes de realizarse su traslado en horas de la madrugada, los reos hicieron explotar dos bombas en la puerta del penal. Sin embargo, gracias a una rápida acción, los agentes lograron identificar al cerebro detrás del ataque, quien fue detenido en su celda.
Se trata del peligroso delincuente Julio Gómez Monterrey, alias “Nando”, quien negó su participación en la planificación del violento incidente ante las autoridades. El otro implicado en este inesperado ataque es su rival, José Gómez Caycho, alias “Centella”, un sicario peligroso y destacado dentro del penal.
Los dos internos se enfrascaron en una guerra a muerte dentro del Penal de Lurigancho y en las calles, por el control total del Pabellón 6. Ellos ya habían dejado hace algunas semanas unas granadas que estuvieron acompañadas de mensajes amenazantes al director del penal y al jefe del INPE, Javier Llaque.
Tanto alias "Nando" como alias "Centella" son considerados sujetos de alta peligrosidad. La orden hacia el Grupo de Operaciones Especiales (GOES) era entrar y salir de los pabellones lo más rápido posible. La única manera de lograr trasladarlos era sorprendiéndolos mientras duermen. Ambos aseguraron no estar involucrados en la explosión de las bombas en la puerta del penal.
El jefe del INPE, Javier Llaque, dijo que se trata de dos peligrosos internos que tienen un pasado criminal. "Nuestro mensaje es que, por más bombas que hagan explotar afuera, no nos van a hacer retroceder", indicó.
A la fecha, el INPE ha trasladado a cerca de 500 internos por medidas de seguridad. Este traslado permitirá mantener la tranquilidad en la población penitenciaria.
En su último reporte oficial, el INPE estableció que hay 96.805 presos en el país, cuando la capacidad de los 68 penales existentes es de 41.019 internos. Esto quiere decir que, actualmente, hay más del doble de presos, lo que representa una sobrepoblación de 236%.
De acuerdo a esta institución, en octubre del 2023 había 93.147 internos en los reclusorios, lo que representaba un hacinamiento del 227%; sin embargo, hoy esa aglomeración aumentó a 236%. Este año también ingresaron a las cárceles 7.758 nuevos internos, mientras que otros 5.580 egresaron.
Para el excoronel Jorge Mejía, quien fue jefe de la Unidad Antisecuestros, el problema se resuelve de dos formas: fortaleciendo la política criminal y construyendo más cárceles.
