Urge implementar acciones que permitan cerrar la brecha digital, en infraestructura y habilidades digitales. Ambas tareas se tienen que trabajar de manera paralela, es decir, jalar desde la demanda y presionar desde la oferta. Desde la demanda podemos desarrollar dos estrategias focalizadas en las zonas rurales; (i) la primera que tenga como motores a los sectores de salud, educación y seguridad ciudadana, para lo cual debemos implementar una tarifa social, dirigida a la comunidad educativa, y a los servidores de salud. La tarifa debe contemplar el servicio y la adquisición de smartphone, tablets y laptops. (ii) La segunda que promueva el internet fijo en hogares, para lo cual proponemos la creación de un Fondo de Compensación Social Digital (FOSDI).
En el primer caso, la tarifa social facilitará a los profesores y alumnos acceder a bibliotecas virtuales, a metodologías de enseñanza modernas, lo mismo al personal de salud que tiene el reto de capacitarse e implementar la telemedicina.
En el segundo caso, el FOSDI no irrogaría gastos al erario, ya que funcionaría mediante un subsidio cruzado entre los usuarios de mayores y menores ingresos. El FOSDI subsidiaria accesos a internet limitados a 20Mbps para usuarios residenciales. En ese sentido no sería una competencia a los ISP, si no que incluso ayudaría a desarrollar demanda, porque serían potenciales usuarios de un servicio de mayor velocidad.
El FOSDI debe implementarse a través de una ley con su respectivo reglamento, considerando los servicios digitales que brindan los operadores móviles y fijas sean estos privados o a través de las redes regionales de banda ancha, el uso de filtros de contenidos, el aseguramiento de calidad, la modernización de la infraestructura en el caso de celular a 4G y en el caso de las fijas acceso a fibra óptica y radioenlaces de alta velocidad, que permitan a todos a acceder al conocimiento.
