En un torneo que comenzó rodeado de polémica, el italiano Jannik Sinner conquistó este domingo su primera corona del Abierto de Estados Unidos con una rotunda victoria en la final ante el local Taylor Fritz.
El número uno mundial ganó 6-3, 6-4 y 7-5 e impidió que Fritz fuera el primer estadounidense en ganar una final masculina del US Open desde 2003.
Sinner se apropió así de su segundo trofeo de Grand Slam, recortando terreno en su rivalidad con Carlos Alcaraz, en un torneo en el que compitió bajo el escándalo de su doble positivo en controles antidopaje, del que fue absuelto en agosto.
El italiano alegó con éxito que las pequeñas cantidades de clostebol, un anabolizante prohibido, provenían de un aerosol de venta libre que utilizó su fisioterapeuta para curar una herida en su mano y que acabó contaminando involuntariamente al tenista.
El caso "estuvo y sigue estando en mi mente. No es que haya desaparecido. Pero cuando estoy en la pista intento centrarme en el juego, manejar la situación de la mejor manera posible,", reconoció Sinner ante la prensa.
Fritz, duodécimo de la ATP, no logró desafiar el arrollador tenis de Sinner pese al fuerte apoyo de los 23.000 aficionados de la pista central, a la que acudieron celebridades como la superestrella de la música pop Taylor Swift.
"Este título significa mucho para mí porque el último periodo de mi carrera no fue fácil", afirmó el italiano, que celebró el triunfo de forma sobria en la pista antes de subir a abrazarse en su palco con sus entrenadores y su pareja, la tenista rusa Anna Kalinskaya.
Debutante en una final de un torneo grande, Fritz nunca se dio por vencido y llegó a servir para ganar el tercer set.
Pero su sueño de suceder a Andy Roddick, último campeón local, se acabó estrellando contra el muro de Sinner, que no mostró su mejor versión pero estuvo más afilado en los momentos clave.
"Estoy bastante decepcionado por muchas cosas en la pista, por cómo jugué, por cómo pegué ciertos golpes", dijo Fritz. "Los estadounidenses llevan mucho tiempo queriendo un campeón masculino. Siento que decepcioné a mucha gente".
Los jóvenes Sinner y Alcaraz, ganador de Roland Garros y Wimbledon, se han repartido los cuatro Grand Slams de esta temporada, la primera sin victorias de ningún integrante del 'Big 3' (Djokovic, Nadal y Federer) desde 2002.
"Es algo nuevo, pero también es agradable de ver. Creo que es bueno para el deporte tener nuevos campeones", dijo Sinner, que recibió la felicitación inmediata de Alcaraz y Djokovic
"¡Enhorabuena! ¡Te lo mereces! ¡Disfruta del momento!", escribió el español en X.
Alcaraz, que sigue aventajando al italiano con cuatro títulos grandes, y Djokovic, que perseguía su 25º, le despejaron el camino con sus eliminaciones en las primeras rondas.
A sus 23 años, Sinner ha explotado esta temporada acaparando seis títulos, incluido su primer Grand Slam en el Abierto de Australia, y escalando hasta la cima del ránking de la ATP.
Un día después de la derrota de Jessica Pegula por el título femenino, la pista Arthur Ashe volvió a llenarse para alentar al primer estadounidense en una final masculina desde Roddick en 2006.
El propio 'Bombardero de Nebraska' presenció el partido de la grada no muy lejos de donde Taylor Swift vibraba cono los mejores puntos de Fritz junto a su pareja, Travis Kelce.
En el primer set Fritz tuvo una buena oportunidad cuando, tras un inicio tembloroso, recuperó un primer quiebre del también nervioso Sinner y se adelantó 2-3.
Evitando que el público llevara en volandas a Fritz, el italiano volvió a romperle el saque y se anotó la primera manga.
Después, ambos avanzaron en paralelo hasta que Sinner, que ya se había hecho fuerte en el fondo de la pista, aprovechó su primera oportunidad para apropiarse del segundo set en sólo 35 minutos.
Para entonces el italiano ya imponía su avasallante ritmo y descargaba pelotazos que resonaban en la pista central cometiendo sólo un error no forzado en todo el segundo set.
Fritz tampoco arrojó la toalla en el último set y se avanzó 4-5 pero Sinner, el tenista forjado en las montañas Dolomitas, congeló el entusiasmo del público asestándole el quiebre decisivo para convertirse en el primer italiano en triunfar en Flushing Meadows.
