Hania Pérez de Cuellar dejó de liderar la cartera de Vivienda, Construcción y Saneamiento, el 3 de septiembre último. Semanas antes, efectivos policiales de la Dirección de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin) le habrían realizado seguimiento por órdenes de la presidenta Dina Boluarte, según reveló el semanario Hildebrandt en sus Trece.
En uno de esas inspecciones, los agentes reportaron que la exministra se reunió, por al menos una vez, con el expremier Alberto Otárola, de acuerdo con el referido medio. Este hallazgo fue comunicado a la jefa de Estado, quien decidió remover de su cargo a Pérez de Cuellar.
Antes de ello, ordenó al Digimin que la vigilen. ¿La razón? Según el semanario, hace algunas semanas Pérez de Cuéllar solicitó una reunión con Boluarte para advertirle sobre presuntos manejos irregulares en la ejecución de unas obras de infraestructura. Al escuchar esto, la presidenta pensó que Hania trataba de intimidarla y, entonces, dispuso que la vigilaran.
Así terminó un desacuerdo que inició muchos meses atrás cuando, en un reportaje de Cuarto Poder, se destapó que la extitular de Vivienda mantenía reuniones con el exjefe de la Diviac, el coronel PNP Harvey Colchado en una casa de seguridad de la Diviac, en Surco.
Los encuentros se realizaron en al menos cinco oportunidades entre entre diciembre de 2022 y abril de 2023, en los que Hania le pidió al agente policial que investigue a una serie de funcionarios del la cartera que lideraba, de los cuales ella tenía sospechas de que podían estar involucrados en actos de corrupción.
La primera reunión tuvo lugar durante la tercera semana de diciembre de 2022, ya con Pedro Angulo fuera de la PCM y con Alberto Otárola como su reemplazo. Según Pérez Arroyo, en dicho encuentro la ministra se mostró preocupada por la futura designación del jefe de SEDAPAL, quien había sido una recomendación de Nicanor Boluarte. Ella habría mostrado su desconfianza con la persona sugerida y requería que lo investigaran. Se trataba de Héctor Piscoya Vera, quien finalmente se quedó con el cargo.
Así lo indicó el abogado de Colchado, Miguel Pérez Arroyo: "No confiaba en esa recomendación. Por tanto, si no confiaba en esa recomendación, consultaba a un policía honesto sobre investigaciones antecedentes. O algún tipo de investigación abierta o lo que sea", dijo. Además, explicó que la reunión acabó con la promesa de que se volverían a juntar. Pérez de Cuellar le habría dicho que le llevaría más información de otros funcionarios.
La segunda reunión ocurrió a fines de enero. La integrante del Gabinete Otárola llevó una lista de currículums de varios funcionarios del Ministerio de Vivienda de los cuales tenía sospechas y quería que fueran investigados. Entre marzo y julio del 2023, la ministra y el policía se reunieron cerca de tres veces, siempre en secreto y en la casa de seguridad de Surco.
Cuando estas reuniones se hicieron de dominio público, la ministra habría empezado a perder la confianza de la mandataria, explicó Hildebrandt en sus Trece.
Esa desconfianza aumentó al descubrir las presuntas reuniones entre Hania Pérez de Cuellar y Alberto Otárola. Finalmente, el malestar presidencial incrementó con las últimas declaraciones de la exministra en las que pidió a los ciudadanos de Juliaca rezar por los funcionarios públicos para que no tengan la tentación de robar.
"Yo les pido con profunda humildad que oren, que recen por todas las autoridades para que no flaqueemos, para que no seamos tentados (sic) en robar", dijo.