La Dirección Antidrogas de la Policía Nacional del Perú (PNP) incautó exactamente 42 kilos y 736 gramos de alcaloide de cocaína en una caja de metal que se encontraba adherida con imanes en una embarcación ubicada en el puerto del Callao.
El operativo se desarrolló el último 31 de agosto por orden del Primer Despacho de la Tercera Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en delitos de tráfico ilícito de drogas del Callao.
El cargamento ilícito estaba conformado por 36 paquetes tipo ladrillo dentro de la caja metálica, la cual estaba adherida con 14 imanes circulares ubicados en el estribor derecho, cerca a la proa, de la embarcación anclada en el muelle del Terminal Portuario DP World Callao.
El cargamento con droga fue retirado por buzos especializados de la Aduana marítima y de la Marina de Guerra del Perú. Tras la intervención, el contenido fue sometido a una prueba química de campo que terminó por confirmar que se trataba de alcaloide de cocaína.
Durante la inspección subacuática se halló también una radio que estaba sumergida en el lado estribor de la embarcación, que terminó siendo incautada.
José Carlos Comina de La Cruz, fiscal adjunto provincial en, apoyo de la Tercera Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Tráfico Ilícito de Drogas del Callao, dispuso que la embarcación sea inmovilizada mientras se desarrollen las investigación por el presunto delito de favorecimiento al tráfico ilícito de drogas.
No es la primera vez que se encuentra un gran cargamento de droga en el puerto del Callao. A finales de julio de este año, la PNP, por orden de la Fiscalía especializada en delitos de tráfico de drogas, incautó más de 719 kilos de pasta básica y clorhidrato de cocaína. Estas drogas se encontraban dentro de 25 grandes estructuras metálicas rectangulares, escondidas en un contenedor de chatarra en el puerto del Callao. El cargamento tenía como destino final México y se planeaba enviarlo por mar.
Con la ayuda de perros entrenados, los agentes de la PNP lograron localizar 565 paquetes de droga en forma de ladrillo, meticulosamente ocultos en las estructuras. El proceso de extracción duró cinco días debido a la complejidad y sofisticación del método de ocultamiento utilizado por los traficantes.
De los 565 paquetes confiscados, 89 llevaban el sello "11-11", un símbolo que las autoridades están investigando para determinar su significado y posible conexión con otras actividades de narcotráfico. Todos los paquetes fueron sometidos a pruebas químicas, las cuales confirmaron la presencia de pasta básica y clorhidrato de cocaína al presentar una coloración turquesa característica durante el análisis.