En un avance histórico para la ciencia astronómica, un equipo de científicos ha obtenido las imágenes más nítidas de un agujero negro, gracias a dos telescopios ubicados en América Latina. Estos telescopios han sido fundamentales para este logro, que redefine el estudio de los agujeros negros supermasivos.
El proyecto, liderado por el Event Horizon Telescope (EHT), emplea la técnica de interferometría de línea de base muy larga (VLBI), lo que permitió conectar telescopios en diferentes partes del mundo para formar un único telescopio virtual del tamaño de la Tierra. Esto ha proporcionado una resolución nunca antes vista para capturar galaxias distantes y los alrededores de agujeros negros.
El desierto de Atacama, en Chile, ha sido durante años un sitio privilegiado para la astronomía debido a sus cielos despejados, baja humedad y altitud. Estos factores hacen de la región el lugar ideal para instalaciones del Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA) y el Atacama Pathfinder Experiment (APEX), las cuales fueron esenciales para la reciente observación del agujero negro de la galaxia M87 con una nitidez inédita.
ALMA, compuesto por 66 antenas, y APEX, con su antena de 12 metros, contribuyeron de manera crucial al enfoque en galaxias activas, permitiendo a los científicos captar imágenes con una resolución 50% mayor en comparación con observaciones anteriores. Este avance marca un hito en la capacidad de observar fenómenos cósmicos desde la Tierra.
El Event Horizon Telescope se basa en una red internacional de telescopios que combina la información captada por cada uno mediante la interferometría VLBI, logrando una precisión sin precedentes. Observando a una longitud de onda de 0,87 mm, el EHT superó los resultados obtenidos previamente a 1,3 mm, alcanzando una resolución angular de hasta 19 microsegundos de arco.
Según Thomas Krichbaum, del Instituto Max Planck de Radioastronomía, la nueva tecnología utilizada ha abierto una ventana sin precedentes para el estudio de los agujeros negros supermasivos. "Estas observaciones nos permitirán desentrañar propiedades que antes eran inalcanzables", señaló el científico.
El cambio a observaciones a una longitud de onda de 0,87 mm ha sido fundamental para obtener imágenes más nítidas de los agujeros negros. Según Alexander Raymond, coautor del estudio, esta longitud de onda ha permitido superar las limitaciones previas de nitidez en las imágenes de agujeros negros. "A 0,87 mm, nuestras imágenes serán más claras y detalladas, revelando características previamente ocultas", comentó.
Las pruebas técnicas aún no han generado imágenes completas, pero este avance establece las bases para futuros estudios con resoluciones aún mayores, especialmente en la observación de agujeros negros más lejanos y menos luminosos. Los astrónomos confían en que estas técnicas permitirán descubrir nuevas propiedades de estos fenómenos cósmicos en los próximos años. El director fundador de EHT, Sheperd Doeleman, astrofísico del CfA, afirmó que "observar los cambios en el gas circundante en diferentes longitudes de onda nos ayudará a resolver el misterio de cómo los agujeros negros atraen y acumulan materia, y cómo pueden lanzar potentes chorros que se extienden a lo largo de distancias galácticas".
La participación de Chile en el panorama global de la astronomía se ha fortalecido gracias a sus instalaciones en el desierto de Atacama. ALMA y APEX no solo han permitido avances significativos en la observación de agujeros negros, sino que también han consolidado la relevancia del país en la ciencia astronómica mundial.
El éxito de estas observaciones ha sido posible gracias a la colaboración entre instituciones internacionales, como el Observatorio Europeo Austral (ESO) y el Instituto Max Planck de Radioastronomía. Este tipo de cooperación científica ha permitido a Chile posicionarse como un referente en investigaciones que buscan entender los misterios más profundos del universo.