La infraestructura vial de Texas está a punto de experimentar una transformación significativa con una nueva inversión destinada a modernizar y expandir las carreteras del estado. La iniciativa busca abordar los desafíos crecientes en el transporte y mejorar la conectividad en una de las regiones más dinámicas y pobladas de Estados Unidos. De este modo, el tráfico bajará considerablemente.
El proyecto promete no solo optimizar la eficiencia de la congestión vehicular, sino también potenciar el desarrollo económico texano al facilitar el flujo de bienes y empleos. La renovación de la red de carreteras de primer nivel buscará satisfacer las necesidades actuales y futuras de los ciudadanos.
El gobierno estatal está dispuesto a gastar una cifra récord con el fin de mejorar el transporte local con importantes proyectos en Dallas y McKinney. Las autoridades del estado de Texas han anunciado un ambicioso plan de modernización de la infraestructura vial, con una inversión sin precedentes.
Este proyecto de gran envergadura se enfocará en la renovación de importantes carreteras de la región, desde la US 380 en McKinney hasta la I-30 Canyon en el centro de Dallas. La histórica inversión representa un aumento significativo con respecto al año anterior y demuestra el firme compromiso del Departamento de Transporte de Texas (conocido como TxDOT) de mejorar las condiciones para los conductores y reducir la congestión en las vías.
La inversión proyectada para mejorar la infraestructura vial asciende a 148 mil millones de dólares, lo que representa un incremento de 5,600 millones de dólares con respecto al 2024. Este presupuesto incluye una partida importante de 104 mil millones de dólares destinados al Plan de Transporte Unificado 2025, así como 43 millones de dólares para el desarrollo y mantenimiento rutinario.
Dentro de la estrategia se encuentran la reconstrucción de la US 380 en McKinney y el proyecto I-30 Canyon en Dallas. En el caso de la US 380 en McKinney, se prevé una inversión de alrededor de 8 mil millones de dólares para convertir el corredor en una autopista de acceso controlado. La primera fase, que será licitada a finales de año, abarcará un tramo de 200 millones de dólares cerca del aeropuerto de McKinney.
El Plan de Transporte Unificado (UTP) no solo se centra en las carreteras, sino que también incluye inversiones en transporte público, marítimo, aviación y ferrocarril en Texas. Los proyectos se analizan previamente para no tener inconvenientes con la zona como el estado del pavimento, la seguridad, la capacidad y la conectividad rural.
La financiación también se destina a aliviar el tráfico vehicular mediante el programa Texas Clear Lanes, con el que se realizó un aumento de 1.9 mil millones de dólares en la inversión total para proyectos sin peaje y 17.3 mil millones de dólares para mejorar la seguridad.
