El 24 de diciembre de 1971, en plena Nochebuena, una noticia remeció los hogares de millones de peruanos. El vuelo 508, de la desaparecida aerolínea Lansa Perú, se había estrellado en la selva amazónica. El fatídico accidente aéreo cobró la vida de 92 personas, entre pasajeros e integrantes de la tripulación. Solo Juliane Koepcke, una joven alemana de 17 años, fue la única sobreviviente de esta trágica catástrofe. El avión despegó del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (Lima) rumbo a la ciudad de Pucallpa.
Este accidente aéreo comercial no era el primero que registraba la aerolínea. Un año antes, en 1970, el vuelo 502, que salía del Cusco hacia Lima, se estrelló poco después de despegar tras perder uno de sus motores y cobró la vida de 67 alumnos estadounidenses. Pero, ¿qué pasó con el vuelo 508 para que se desplomara en medio de la selva del Perú?
La Nochebuena de 1971, el vuelo 508 de Lansa Perú, un avión de turbohélice Electra L-188A, de Lockeed, partió desde Lima, con casi seis horas de retraso, rumbo a Pucallpa. Se estimaba que el viaje tendría una duración de una hora; sin embargo, a los 30 minutos del despegue, el radical cambio de clima comenzó a inquietar a los pasajeros. Las turbulencias se hacían cada vez más bruscas.
Un cúmulo de nubes negras y tormentas eléctricas se presentó frente al avión. Pese al peligro que esto significaba, los pilotos decidieron seguir el rumbo del vuelo. Fue ahí cuando, un rayo impactó sobre el vuelo 508, provocando un incendio en el tanque de combustible del ala derecha del avión.
De acuerdo con las investigaciones, el Electra L-188A no estaba diseñado para sobrevolar en condiciones de turbulencias tan severas, ya que sus alas, al ser extremadamente rígidas, no podían adaptarse adecuadamente a esas situaciones.
El impacto del rayo con la avioneta hizo que este se partiera en dos, cayendo precipitadamente más de 4.000 metros de altura sobre la selva peruana. Aunque se reveló que de las 93 personas que viajaban en dicho vuelo, un total de 13 personas sobrevivieron al fuerte impacto, solo Juliane Koepcke, una joven de nacionalidad peruana-alemana, quien en aquel entonces tenía 17 años, logró mantenerse con vida durante 11 días en el corazón de la Amazonía.
Tras sobrevivir del fatídico accidente aéreo, Julianee Koepcke tuvo que enfrentarse a un nuevo reto: mantenerse con vida en medio de la selva peruana. Según relató en su libro "Cuando caí del cielo", lo primero que hizo fue buscar un río que la guiara la civilización.
Con un vestido sin mangas, una sandalia, la clavícula rota y dos heridas profundas en la pierna y el brazo, se encaminó por la Amazonia. Con los conocimientos que les había brindado sus padres zoólogos, Juliane logró encontrar un arroyo.
Sobreviviendo solo con una bolsa de caramelos y con su herida llena de gusanos, la joven alemana logró llegar a una cabaña. Allí, tres misioneros peruanos la llevaron río abajo a un pequeño hospital donde pudieron atender sus heridas.