En la sesión de este martes, Wall Street registró una caída y es que, después de un agosto volátil que inició con la bolsa a la baja -en respuesta a la tasa de desempleo de Estados Unidos que subió a 4,3%- y luego repuntó por la confianza en los mercados internacionales tras desalentarse la idea de una recesión y confirmarse la bajada de tipos de la Fed, los inversores comenzaron setiembre con prudencia. El informe de empleo de este viernes sería clave.
Siendo que los índices de Nueva York estuvieron cerrados ayer por el Día del Trabajo, se destacó que la última sesión del viernes 30 de agosto fue en términos generales positiva. Sin embargo, setiembre comienza a la baja con el retroceso del Dow Jones hasta en un 0,48%, llegando a los 41.366 puntos. Asimismo, el S&P 500 cedió un 0,65%, alcanzado los 5.611 puntos, y el Nasdaq Composte bajó un 0,82% hasta marcar los 17.561 puntos.
Recordemos que en el octavo mes del año, el S&P 500 subió 2,3%, marcando su cuarta ganancia mensual consecutiva y el Nasdaq, de gran peso tecnológico, acumuló una ganancia del 0,7%, a pesar de la mala acogida que tuvieron los resultados de NVIDIA. En el caso del Dow Jones, este indicador avanzó un 1,8% hasta conseguir cerrar en un nuevo máximo histórico de 41.563,08 puntos.
“Agosto comenzó de forma increíblemente difícil, pero después del 5 de agosto, la calma comenzó a regresar a los mercados. En parte, eso fue ayudado por datos más positivos sobre la economía estadounidense, que permitieron aliviar los temores sobre una recesión inminente”, explicó el analista de Deutsche Bank Henry Allen.
Los inversores están a la espera de conocer hoy los datos del PMI Manufacturero y el ISM Manufacturero de agosto, así como el gasto en construcción de julio. Sin embargo, todas las miradas están puestas en el informe de empleo de agosto que se publicará el viernes y que se presenta crucial para discernir las decisiones de la Fed en su reunión de septiembre.
