El Seguro Social en Estados Unidos es una de las principales fuentes de ingresos para los jubilados y personas con discapacidad. Sin embargo, no todos los que son elegibles para recibir estos beneficios los reclaman. Sorprendentemente, un pequeño pero significativo porcentaje de personas mayores de 60 años opta por no solicitar sus beneficios del Seguro Social, una decisión que podría tener importantes repercusiones a largo plazo.
Aproximadamente el 3,3% de los estadounidenses mayores de 60 años nunca reciben sus beneficios del Seguro Social, según datos proporcionados por la Administración del Seguro Social (SSA). Este grupo de "nunca beneficiarios" incluye a inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en una etapa avanzada de sus vidas, trabajadores con poca frecuencia laboral, empleados que no estaban cubiertos por el programa, y personas que fallecen antes de alcanzar la edad para recibir sus beneficios.
Es crucial entender que no reclamar los beneficios del Seguro Social podría afectar otros aspectos financieros importantes, como la cobertura de Medicare. Por ejemplo, si una persona está inscrita en Medicare Parte B y decide suspender sus beneficios de jubilación del Seguro Social, aún será responsable de pagar las primas de Medicare de su propio bolsillo. Normalmente, estas primas se deducen directamente de los beneficios del Seguro Social, pero si los beneficios están suspendidos, esta opción no está disponible, lo que puede generar complicaciones y costos adicionales.
Además, aquellos que no reciben beneficios del Seguro Social podrían volverse inelegibles para otros programas importantes, como el Ingreso Suplementario de Seguridad (SSI). El SSI está diseñado para ayudar a personas con ingresos limitados y recursos insuficientes, y perder la elegibilidad para este programa podría reducir significativamente el ingreso total de una persona mayor, impactando su calidad de vida durante la jubilación.
Es importante recordar que los beneficios del seguro no son un regalo del gobierno; son el resultado de años de contribuciones durante la vida laboral de una persona. Al decidir no reclamar estos beneficios, estás dejando ese dinero en el fondo fiduciario del Seguro Social sin ninguna posibilidad de recuperarlo en el futuro.
En algunos casos, un ser querido, como un cónyuge divorciado, podría calificar para recibir beneficios basados en tu historial de trabajo. Sin embargo, si no reclamas tus beneficios, esos pagos también se suspenderán, lo que podría afectar la estabilidad financiera de otras personas que dependen de ti.
Incluso si consideras que tienes suficientes ingresos para tu retiro, puede ser beneficioso recibir tus pagos del Seguro Social. Además, la SSA ha señalado que los "nunca beneficiarios" tienen una tasa de pobreza más alta en comparación con aquellos que sí reciben sus beneficios, lo que resalta la importancia de considerar todas las opciones disponibles.